La Orquesta Sinfónica de Galicia celebra su veinte aniversario
14 may 2012 . Actualizado a las 07:00 h.Ahora que la OSG acaba de celebrar su vigésimo aniversario con dos conciertos es mejor no echar la vista atrás, o invadidos por la nostalgia descubriremos fácilmente que en materia musical el reciente pasado fue bastante más feliz. Sería mejor pensar en el futuro, en analizar cómo hacer posible que el público que no ha llenado ninguna de las dos sesiones inaugurales del Festival Mozart regrese con la ilusión de antaño, y que la orquesta, el proyecto cultural más serio y sólido de cuantos se han puesto en marcha en Galicia desde 1992, mantenga su pulso firme más allá de los caprichos de la economía, y renovado a partir de la ya inaplazable designación de un nuevo director musical.
En la doble cita de este fin de semana, Víctor Pablo Pérez planteó programas a su medida, como es la norma, basados en su predilección por el repertorio sinfónico-coral, donde su tendencia hacia el gesto grandilocuente, el efecto exterior, parece encontrar el cauce idóneo. Volvió a plantear otra lectura más de la Novena beethoveniana, junto a la novedad del Te Deum de Berlioz y una concesión al patrimonio musical gallego. Todo comenzó con un estreno de Juan Durán, una suerte de patchwork titulado Alborada de noite e de luz con el que el compositor vigués rinde homenaje al folclore gallego. Melancolía y alborozo, a través de un imaginativo uso de la tímbrica y del ritmo, se alternan en la reelaboración de un material bien conocido con citas que van de la Alborada de Veiga a la Negra Sombra. Durán fue muy aplaudido, señal de que la obra llegó al público.
Como en la Novena de Beethoven, y más allá de la magnífica respuesta de la orquesta, del Te Deum de Berlioz lo más destacado fue la feliz unión del Orfeón Donostiarra con el Coro de la OSG: soberbios de articulación, empaste, afinación? Y Víctor Pablo Pérez volvió a seducir a sus más fieles con la última de las sinfonías beethovenianas, aunque por el camino se le escapase buena parte de la delicadeza del adagio, alguna entrada resultara poco afortunada y el cuarteto vocal estuviese en general desequilibrado (y perdido en algún momento). Con la Novena siempre se juega en casa, y más con una excelente orquesta que solo precisa de pequeños ajustes en el diseño externo de su mecanismo para seguir haciendo soñar a tanta gente, por muchos años más.
Orquesta Sinfónica de Galicia
Víctor Pablo Pérez, director. Coro de la Sinfónica de Galicia, Orfeón Donostiarra y Niños Cantores de la OSG. Ludovic Tézier (bajo). Obras: «Alborada de noite e de luz», de Juan Durán, y «Te Deum», de Hector Berlioz.