Sin fotos en los Óscar

Tatiana López LOS ÁNGELES / LA VOZ

CULTURA

PAUL BUCK / EFE

La organización de la ceremonia impone fuertes restricciones en una gala marcada por las luchas internas

26 feb 2012 . Actualizado a las 12:55 h.

En la ciudad de Los Ángeles es un como un ritual ancestral. Todos los años la ceremonia de los Óscar logra engendrar en la zona baja de Hollywwod un curioso universo que dura lo que dura los preparativos de la gala, pero que, como cualquier organismo cíclico, tiende a repetirse sobre sí mismo. 

Existen,por ejemplo, los llamados «fingidores de famosos» que cada ceremonia sustituyen a las estrellas en las pesadas sesiones de ensayos previas a la gala. Existen tambien los famosos de medio pelo que como Kelly Osbourne  se pasean por  la alfombra con aire de incógnito y, por último, existen los periodistas.

Entre extras que simulan ser estrellas y estrellas que tratan de confundirse con los turistas a veces resulta fácil olvidarse que el verdadero espectáculo esta dentro del teatro. 

Está prohibido colgar en Facebook fotos durante la gala

Pero si en anteriores ediciones este circo paralelo era mirado con apatía por la organización del evento, este año la seguridad y el recelo han marcado a una ceremonia que se celebra en medio de una de las mayores crisis de la historia de la Academia. 

Entre las nuevas normas, por ejemplo, queda prohibido hacer fotos de las acreditaciones, prohibido colgar en Facebook cualquier foto durante la gala y quedan prohibidas, menos a algunos, todas las fotos en general hasta siete horas antes del evento. 

Para aquellos que nunca se hayan planteado como funciona el mayor motor de la industria cinematográfica la Academia de las Artes y las ciencias de los Estados Unidos esta gobernada por un grupo de 48 gobernadores que emplean a 250 personas a tiempo completo.

Como en cualquier organización numerosa, existen luchas de poder y eso es lo que se está librando ahora mismo, tal y como reflejan el excesivo nerviosismo con el que la organizacion afrontaba esta edición.

«Es para que todos estemos mas tranquilos porque sino alguien podría copiar la acreditación y entrar aqui sin estar autorizado» se justifica un miembro del equipo de seguridad que vigila con el celo de un terrier cualquier instantánea.

La Academia se ha mostrado inflexible a la hora de adelantar como sera la noche

Pero el  hermetismo en los Óscar no se limita en esta edición a lo que  pasa fuera del Teatro Kodak, sino tambien a cualquier información relacionada con la gala.

Desde que el productor de la ceremonia y el presentador Eddie Murphy decidieran abandonar el barco tras unas polémicas declaraciones sobre los gais, la Academia se ha mostrado inflexible a la hora de adelantar como sera la noche. 

El sigilo es tal que a pocas horas de la entrega de los premios apenas se sabía quienes se encargarían de entregar las estatuillas, con una incorporación a última hora de la actriz Angelina Jolie. 

Si se sabe, por ejemplo, que será el mitico actor Billy Cristal el encargado de resucitar a una ceremonia que el año pasado tocaba fondo con apenas 37 millones de espectadores. 

La última vez que Cristal presento la gala, en el año 2004, más de 42 millones de personas siguieron en directo esta entrega de premios, un récord que la ceremonia no ha vuelto a obtener. 

Algunos medios de comunicación rumorean desde hace semanas que el actor, que tiene 62 años, podria añadir algo de morbo haciendo subir al escenario al propio Murphy o incluso realizando una mordaz crítica a la Academia.

Sin embargo la gran incógnita de la noche no será esa sino si, como el anterior edición, Hollywood se rendirá a los pies de una supreproducción como Hugo, que acumula 11 nominaciones, o si por el contrario sera la película independiente The Artist quien se haga con la noche. 

Con unos académicos que tienen como media 62 años, son en un 90 por ciento blancos y casi todos hombres, lo lógico sería pensar que el desenlace de la gala tendrá un final más convencional acorde  con los datos de la taquilla de este año. 

Hugo, la historia de Martin Scorssesse que cuenta la aventura de un niño fascinado con el cine, ha conseguido recuadar en los cines mas de 106 millones de dólares, frente a los apenas 28 que ha ganado The Artist

Aun así los académicos han demostrado en otras ocasiones que prefieren una buena película pequeña a un gran éxito regular, tal y como paso en el 2010 cuando el drama intimista The Hurt Locker lograba imponerse a la todopoderosa Avatar.

Precisamente de qué lado se posicione finalmente la balanza podría influir en la suerte de los dos únicos nominados españoles que a 24 horas de la gala se tomaban todo el dia libre el sábado tras una maratoniana promoción. 

Tanto el compositor Alberto Iglesias como el director de cine Fernando Trueba, nominados a la mejor banda sonora y al mejor film de animación respectivamente, llegan a la gala en clara posición de inferioridad.

Para Iglesias, que afronta su tercera nominación en estos premios, su música es un susurro en una gala llena de ruido y cantos épicos.

La película de Trueba, Chico y Rita, se la juega ante títulos como El gato con botas,  Kung Fu Panda 2 o Tintin, todas ellas éxito de pantalla, mientras que la película del director español apenas ha sido estrenada en 11 salas de Estados Unidos, lo que hace casi un milagro su inclusión nominación.

Si la película de Trueba y el dibujante Mariscal gana, logrará un doble hito al hacerlo en la que sea la última Ceremonia del Teatro Kodak, después de que el gigante de fotografía haya pedido que retiren su contrato tras entrar en bancarrota.