El Gobierno descarta ofrecer una recompensa por el Calixtino

m. cheda SANTIAGO / LA VOZ

CULTURA

La Interpol ya busca oficialmente el libro robado de la catedral de Santiago

10 jul 2021 . Actualizado a las 19:15 h.

Ni por encontrarlo ni por favorecer su hallazgo. «Ahora mismo» el Ejecutivo central no se plantea siquiera la posibilidad de ofrecer premios económicos a cambio de pistas sobre el Códice Calixtino, sustraído del archivo de la catedral de Santiago en algún momento entre las tardes del 30 de junio y el 5 de julio, según la Iglesia. Paralelamente, mientras las pesquisas de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado orientadas a dar con el preciado volumen siguen sin fructificar, la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol) ha comenzado a buscarlo oficialmente.

Considerado uno de los mayores ladrones de arte de la Europa del siglo XX, René Alphonse van den Berghe, Erik el Belga, había propuesto el pasado domingo: «Una opción es que el Gobierno ofrezca una recompensa por el libro, por datos que lleven a su ubicación. Además, si funciona, es una buena medida disuasoria para que [sucesos así] no se repitan en el futuro». Se trata de un proceder aplicado en situaciones similares, por ejemplo, en el robo de los cuadros El grito y La Madonna, el 22 de agosto del 2004, en el Museo Munch, de Oslo. Por aquel entonces, el Ayuntamiento de la capital noruega se brindó a pagar un cuarto de millón de euros por el retorno de las pinturas, que un par de veranos después serían recuperadas. Antes, en el 2002, el detective Charles Hill se había comprometido a abonar 160.000 euros por un lienzo de Tiziano, Descanso en la huida a Egipto, tras el cual llevaba siete años. También terminaría regresando a su pared.

El Gabinete de José Luis Rodríguez Zapatero, no obstante, descarta emular esas prácticas en el caso del Liber Sancti Iacobi, a tenor de lo manifestado ayer a La Voz por su delegado en Galicia. «En este momento, no se contempla ese escenario ni ningún otro que no sea el tratar de llegar al códice en función del desarrollo de la investigación policial», sentenció Miguel Cortizo. «Si alguien -apostilló- tuviese algo que aportar, previo o posterior a lo acontecido, obviamente, sería necesario, deseable y preceptivo que lo transmitiese», pero sin aguardar contrapartida.

¿Y cómo marchan esas pesquisas? Los 12 funcionarios consagrados a ellas continúan con sus interrogatorios, buscando pruebas y analizando al minuto más de 400 horas de imágenes grabadas en el templo. Por lo demás, Cortizo se limitó a contestar: «No hay noticias que publicar. Debemos dejar trabajar en paz a los agentes; cuanta más discreción, mejor». Desde el fin de semana, asimismo, la codiciada pieza figura, junto a 108 más de todo el mundo, en una lista de la Interpol de obras artísticas recientemente desaparecidas.