El plumacho saca pecho

Toni Silva OLEIROS

OLEIROS

Las obras de Oleiros fomentan la expansión de esta especie, para la que la Xunta prepara el proyecto europeo Life Stop Cortaderia para toda Galicia

03 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Mientras la velutina ha menguado de forma notable su presencia este año (tras varias duras borrascas), el plumero de la Pampa sigue a su ritmo en la estación que le toca, invadiéndolo todo. La comarca coruñesa está afectada por esta planta que no ha perdido el carácter de invasora pese a los decenios que lleva empadronada en Galicia. Oleiros, con su alcalde al frente, ha pedido colaboración vecinal, no en vano, es uno de los municipios más afectados, en parte por la gran cantidad de obras que registra, labores que remueven tierra y dejan el suelo propicio para que se multiplique la germinación.

Fernando Bandín, experto en esta y otras especies foráneas desde su sociedad Fragas do Mandeo, reclama que se combata el plumacho con la misma intensidad con que se actúa contra la avista asiática. «Para la velutina hay una campaña muy activa, los particulares ponen numerosas trampas, pero en el caso de los plumachos, ¿cuántas personas o entidades se preocupan por él?», indica Bandín. Al menos el organismo que preside lleva diez años con actuaciones concretas y periódicas (un mínimo de cuatro al año) para eliminar las nuevas planta de Cortaderia que llegan a su campo de actuación: el entorno de la desembocadura del río Lambre, las riberas del Mandeo y el Mendo, y ahora la playa Grande de Miño. «Si eso lo hicieran todos los ayuntamientos, estaríamos en otra situación». Pero un plumacho no es una amenaza visible para los residentes de la comarca, su presencia no altera sus colmenas ni irrumpe en sus frutales. Pero su extensión es dañina para el ecosistema global. Una cosa tienen en común con las velutinas, la ubicación geográfica: en Galicia ambas especies invasoras copan la cuarta parte de la superficie, sobre todo el área litoral y cotas de altitud media o baja.

Bandín apunta que hay una relajación con respecto a esta gramínea procedente de Sudamérica por parte de las autoridades. «Es sancionable tener una finca con plumachos (o abundancia de especies invasoras), la multa mínima es de 3.000 euros. En contadas ocasiones la Administración avisa al propietario, y este las arranca, pero se exige muy pocas veces», lamenta Fernando Bandín. «Oleiros tiene muchísimos lugares invadidos porque genera muchos movimientos de tierra. En una carballeira será difícil que una Cortaderia germine, pero en solares removidos, en polígonos industriales…». La vía Ártabra también parece un museo del plumacho desde Iñás hasta Lorbé, o en la AC-527 hasta A Pezoca, donde esta semana comenzaron a limpiar las cunetas pero sin ninguna precaución con la expansión de los plumachos.

Plan de ataque desde Europa

Precisamente desde Oleiros, el Centro de Extensión Universitaria e Divulgación Ambiental de Galicia (Ceida), colabora en un plan de acción para Galicia contra la hierba de la Pampa, de la mano de la Dirección Xeral de Patrimonio Natural. La redacción se recoge en el marco del Proyecto Life Stop Cortaderia, coordinado por la asociación Amica, y donde la Xunta actúa como cofinanciadora. «Dende o Ceida tamén estamos a traballar nese proxecto, xunto con Cantabria, Asturias, Portugal e Francia», explica Carlos Vales, director del Ceida. En los próximos meses, Birdlife junto con el Ceida (y coordinados por la Dirección Xeral de Patrimonio Natural), llevarán a cabo los trabajos de cartografiado del área de distribución del plumacho en Galicia, evaluando la incidencia y la peligrosidad de la especie en cada área. A partir de ahí, se definirán la estrategia, planificación, medios y técnicas para combatir esta planta. También se realizarán jornadas de participación en las tres provincias con arco litoral de Galicia para recabar información y opiniones de la ciudadanía.

El proyecto Life Stop Cortaderia nace en la comunidad de Cantabria, considerada el epicentro de la expansión y la lucha contra esta invasora. Financiada con fondos europeos, pretende implicar al mayor número de entidades y Administraciones. «No diré el lugar concreto —ironiza Fernando Bandín—, pero puedo asegurar que he visto jardines de organismos oficiales con presencia de plumachos».