El larguísimo viaje hacia la vida de Ibrahim

Pablo Portabales
pablo portabales A CORUÑA

A CORUÑA CIUDAD

cedida

El pequeño, natural de Benín, llegó en enero a A Coruña para operarse de una cardiopatía gracias a la labor de Tierra de Hombres. Ya recuperado, por fin ha podido regresar a su casa

17 jul 2020 . Actualizado a las 07:49 h.

Aún no cumplió 4 años y su vida daría para hacer una película. Ibrahim es de Benín, un país casi tan pequeño como él situado entre Togo y Nigeria. Llegó en enero a nuestra ciudad merced al programa Viaje hacia la vida que promueve la organización Tierra de Hombres. Llevan años trayendo pequeños con problemas físicos, principalmente cardiovasculares, para que sean operados en hospitales como el materno, ya que en sus países de origen resulta imposible. Su esperanza de vida es A Coruña. Los profesionales del hospital solucionaron la cardiopatía del chaval y en marzo ya estaba listo para regresar a su casa. Pero pasó lo que pasó. «La familia de acogida respondió de una forma increíble cuando les dijimos que tenían que seguir conviviendo con él hasta que hubiese vuelos. Incluso que su presencia fue una manera de llevar mejor el confinamiento», destaca Raúl Besada, delegado de la organización. Además de Ibrahim, otras dos niñas se vieron en la misma situación. Una continúa recuperándose de la operación y la otra está pendiente del espacio aéreo. Hay que aplaudir a esas familia que derrocharon espíritu solidario en medio de una pandemia y con un niño a tu cargo mientras sus padres se encuentran a miles de kilómetros sin demasiada información. Este miércoles por la mañana, Ibrahim se convirtió en el primer niño en emprender el viaje de regreso tras la crisis del covid. Primero a Madrid y de ahí París, siempre acompañado por una persona voluntaria. «Suelen ser profesionales jubilados de Aviación sin Fronteras, que nos ayudan porque no pueden viajar solos», explica Raúl. El largo viaje hacia la vida de Ibrahim empezó en enero y terminó en julio. A esta hora debe de estar abrazando a sus padres mientras los adoptivos lo echan de menos con una sonrisa de felicidad.