El IES Eusebio da Guarda estrena ventanal y sueña con un ascensor

Sara Carreira Piñeiro
Sara Carreira A CORUÑA

A CORUÑA CIUDAD

ALUMNOS DEL INSTITUTO EUSEBIO DA GUARDA. NUEVAS VENTANAS. OBRAS
ALUMNOS DEL INSTITUTO EUSEBIO DA GUARDA. NUEVAS VENTANAS. OBRAS MARCOS MÍGUEZ

La reforma del centro tiene dos fases y se cuenta con la tercera

18 may 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

En el IES Eusebio da Guarda no se creen lo bien que está quedando el edificio nuevo, la fachada que da al paseo marítimo, con los nuevos ventanales. La primera fase de una reforma que tiene dos tiempos ya está en marcha y empieza a dar resultados, aunque Isabel Ruso, directora del centro, reconoce que falta mucho por arreglar: «Estamos pendientes de que se licite la segunda fase de las obras, que pensamos que será muy pronto». Y es que por una vez todos están de acuerdo: centro, arquitecto y sobre todo Xunta y Ayuntamiento. El esfuerzo conjunto y leal de las dos Administraciones ha dado unos excelentes frutos, que la comunidad educativa sabe valorar. «Hemos visto un enorme interés por parte de la Xunta ?dice Ruso? que nos da mucha confianza en las mejoras futuras».

La renovación de las ventanas del paseo ha sido un plus en una obra que atiende lo más urgente del instituto: pintado y arreglo de las fachadas exteriores; arreglo de los cuatro micropatios que tiene el centro; mejora de todos los puntos de luz (se sustituirán por leds); cambio de todos los falsos techos y las luminarias; arreglo de los desperfectos del tejado y cambio de los canalones que dan a Riazor y a los patios interiores, y que tantos problemas les han dado.

Todo eso conlleva 1,4 millones de euros de presupuesto (las ventanas de Riazor tienen un coste aparte) y se completará con la segunda fase de la reforma, que por ahora es compromiso pero que se supone que pronto estará licitado. En esta segunda fase se colocará el ascensor en el edificio antiguo, un asunto no menor en un centro con 1.100 alumnos: «Cuando un estudiante tiene problemas de movilidad ?explica Isabel Ruso? tenemos que cambiar el aula de sitio porque no hay ascensor para acceder a las clases. Mientras lo está explicando, pasa un estudiante con muletas y una pierna escayolada por el pasillo (el de las nuevas ventanas) en el que tanto hay primeros como segundos o cuartos de ESO: «Aquí tendrían que estar los primeros ?dice la directora?, pero hay una mezcla constante». Hay que tener en cuenta que en el Eusebio hay cuatro aulas por curso y en bachillerato, seis (y eso solo en diurno y sin FP).

Además del elevador, en las cuentas de la segunda fase se incluye la redistribución de los espacios de la planta baja del bloque antiguo, el cambio de la actual caldera de gasóleo por una de gas y la mejora de la conexión entre los dos edificios, que ahora es un pasadizo deteriorado y un pastiche estético.

Isabel Ruso cree que la reforma del centro exige una tercera fase donde se acometan mejoras que redondeen los arreglos: la carpintería ?las puertas de algunas clases son metálicas?, los baños y el gimnasio. «Sería una pena ?reflexiona Ruso? que eso quedase sin arreglar porque con lo que está haciendo el equipo del arquitecto, Jorge Álvarez Rúa, el Eusebio recupera el esplendor con el que fue concebido», y que incluía un observatorio meteorológico (que ahora se recuperará arquitectónicamente) que lo convertía en el buque insignia de la excelencia en la educación pública gallega.