«En todos os sitios estamos igual: os cartos non se perden, pérdenos eles»

Eduardo Eiroa Millares
E. Eiroa A CORUÑA / LA VOZ

ARTEIXO

ANGEL MANSO

La plaza en O Castrillón es una de las 85 obras que tendrán que buscar fondos en otra parte

22 dic 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Subiendo por las maltrechas calles de O Castrillón se desemboca en la plaza de la Concordia. Por la tarde pasan algunos vecinos junto a los bancos vacíos, bancos que se llenan en verano y cuando el sol acompaña de personas mayores del barrio que conviven como pueden con los niños que juegan al balón.

La plaza de la Concordia es una de las 85 obras que aparecen en el listado que el gobierno local tenía previsto para invertir los 15 millones de euros del superávit. A ella estaban destinados 257.273 euros. Ese dinero, tras el incumplimiento de las normas por parte del consistorio, irá a pagar deuda municipal. No es que la plaza no se vaya a reformar, pero de hacerse habrá que buscar el dinero en otro sitio, es decir, desvestir un santo para vestir otro.

«Pois é unha mágoa porque esta praza está desaproveitada nun 40 ou 50 %», dice Manuel Díaz, zapatero con negocio al frente de la antigua avenida de los Caídos. «Podería ter máis uso de ocio, para os rapaces, que lles cae o balón á rúa; unha peniña, é triste que se perda unha inversión así», dice este vecino, natural de Arteixo, pero que desarrolla su vida laboral en la Concordia.

José Couceiro lleva 32 años viviendo en el barrio, con un piso muy cerca de allí, y lamenta también que el dinero que estaba previsto invertir se haya evaporado. «Se non é para aquí, polo menos que collan os cartos e se invistan noutra cousa, a verdade é que é unha mágoa que xa non se poidan investir», cuenta, recordando que en el barrio ya hubo anuncios de que se iban a afrontar obras de mejora que al final quedaron, por una razón o por otra, en nada.

Más vehemente se muestra Emilia Sánchez, natural de Toques pero que lleva más de tres decenios en el barrio, tras más de treinta años de trabajo en A Coruña. A ella se le suma que lleva meses esperando a que el Ayuntamiento les corte una palmera que golpea contra el edificio en el que reside. «Nós ata temos ratas e non podemos deixar o portal aberto», indica sobre el estado del solar que linda con su edificio, muy cercano a la plaza.

«Non fan cousa con cousa, en todos os sitios estamos igual, os cartos non se perden, pérdenos eles», asegura.

A O Castrillón le hace falta un repaso, pero los 15 millones que van ahora a deuda estaban destinados a otros asuntos donde también había necesidades de inversiones. Las plazas Manuel Colmeiro y Pintor Laxeiro también iban a llevar un repaso cosmético, al igual que el área de juegos infantiles de las Conchiñas.

En el listado de inversiones previstas figuraban también ocho colegios y escuelas infantiles -Manuel Murguía, Juan Fernández Latorre, Víctor López Seoane, Sagrada Familia, Curros Enríquez, María Pita, Raquel Camaño, Carricanta y Arela- que se iban a repartir 1,5 millones de euros. Desde aseos nuevos a reformas de fachadas. Nada impide que esas obras se lleven finalmente a cabo, el problema está en encontrar los 1,5 millones. Ya los había, pero acabaron destinados a lo que nadie quería.