Cuando se anuncia un día de playa en Coruña, como parece que nos toca hoy, hay que pensar que es la única oportunidad que tenemos de disfrutarlo
29 may 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Cuando se anuncia un día de playa en Coruña, como parece que nos toca hoy, hay que pensar que es la única oportunidad que tenemos de disfrutarlo. Por eso aquí no se pueden hacer planes, porque cuando miras por la ventana del salón y ves que hace sol y coges y montas la bolsa de la playa, resulta que te asomas de nuevo por la ventana de la cocina y ya llegó la niebla. En Coruña el día de playa tiene siempre esa tensión añadida de que todo se puede chafar en un momento, que de pronto pueden entrar las nubes, que justo puede levantarse ese aire del nordés y bajar la temperatura a los 19 grados. Nosotros, con 20 grados, ya somos capaces de proyectarnos en una realidad veraniega como si viviéramos en el trópico porque, en verdad, aquí nos falta tiempo. Por eso cuando vemos en los mapas que en Pontevedra están a 28 grados nos tiramos al rinconcito perfecto pensando en que es lo más próximo que tendremos a esa realidad. Es una manera de sobrellevar la envidia sureña. El buen tiempo aquí es una suerte que nos toca, una lotería que puede caer en jueves, como hoy, por muchos boletos que juegues. Esa incertidumbre nos mantiene a los coruñeses en una alerta constante que nos atraviesa como un puñal, si resulta que justo el día en que el termómetro pasó de los 23 grados nos pilla trabajando. Que en Coruña un día de playa coincida en fin de semana o en un día festivo ya es como si nos tocase el euromillón, una fortuna dentro de la fortuna que tenemos que celebrar. Por eso aquí un día de playa equivale a un maratón de obstáculos en los que puedes acabar abrigado con la sudadera. Estirar la toalla y tumbarnos en la arena media hora sin que se cubra el cielo ya es mucho, así que del chapuzón no hablamos. Qué suerte la nuestra, hoy hay playa, aprovéchenla si no curran, mañana ya se chafa.