Mariella Devia: «No debe traicionarse la verdadera vocalidad de cada uno»

hugo álvarez domínguez

A CORUÑA

ANGEL MANSO

Retirada de los escenarios, la artista italiana imparte un curso de canto en A Coruña cuyos resultados se verán este sábado en Afundación y el día 27 en el ciclo Lírica Inclusiva

07 oct 2023 . Actualizado a las 20:43 h.

La soprano Mariella Devia (Chiusavecchia, 1948) quizá el último gran exponente del bel canto italiano, cuenta con una larga y fructífera carrera. Retirada de los escenarios, estos días imparte un curso de canto en A Coruña. Los resultados se verán este sábado, día 7, en un concierto (Auditorio Afundación, 20.00 horas). Además, el día 27 uno de los alumnos cantará en el ciclo Lírica Inclusiva.

—Desarrolló una carrera larga con la voz siempre sana. ¿Cuáles son las claves?

—Quizás el repertorio escogido y no haber hecho cosas que no debía. Es importante saber decir que no. Por ejemplo, me pidieron Violetta de La Traviata o Norma muchos años antes de que las debutase y en su momento las rechacé; aunque las hice más adelante, creo que en el momento justo. Hacer siempre bel canto, sin entrar en el Verdi más dramático o en Puccini, ha conservado mi carrera. Me encanta el bel canto y es a lo que me he dedicado. No debe traicionarse la verdadera vocalidad de cada uno. A veces me ofrecieron roles demasiado dramáticos para mi voz (como, por ejemplo, Butterfly) pero supe decir que no: si los hubiese cantado quizá no hubiese podido mantener mi repertorio. Ahora que ya no canto, estoy muy contenta de cómo he hecho las cosas.

—¿Cuál es la importancia de la técnica vocal en una carrera?

—La técnica es lo que permite cantar de forma rigurosa. Uno nunca preguntaría a un instrumentista cómo logra su técnica. Sin embargo, se le pregunta con frecuencia a los cantantes; porque algunos han desarrollado carreras teniendo técnicas poco sólidas e incluso hay quien cree que la técnica es algo superfluo, dado que en principio cualquiera puede cantar. Pero una cosa es cantar de cualquier manera en la vida cotidiana (en casa, en la ducha...) y otra salir al escenario a abordar roles a los que debes hacer justicia: en esto, la técnica marca la diferencia. La técnica es la base que, junto a otros factores (como la respiración o el control del fiato) permite un canto correcto.

—Quizá ahora las carreras sean más breves, ¿por qué?

—No lo sé, pero siempre ha ocurrido. Siempre hubo carreras breves que uno no recuerda, precisamente por lo breves que fueron. Sucede de forma cíclica. Hoy las voces se queman antes porque se hace todo más rápido: en cuanto aparece alguien con una buena voz parece que tuviera que afrontarlo todo cuanto antes. Es una pena.

—Al construir un personaje en lo dramático, ¿debe uno ceñirse a la partitura?

—Fundamentalmente, sí. Creo que es inútil añadir recursos efectistas, como el parlato o apoyaturas que no existan en la partitura, aunque muchos lo hagan. Lo bonito es encontrar el pathos en lo interno de la partitura. Piense que los acentos están escritos, muestran lo que querían los autores y son coherentes con los libretos. Lo importante es saber por qué algo está escrito como está escrito y profundizar en los personajes siempre a partir de la partitura para ser fieles a la intención de los autores.

—En tantos años de carrera, ¿qué momento destacaría como especial?

—Es difícil decirle un pináculo de mi carrera, porque he hecho tantas cosas, tantos roles, tantas funciones... Pero estoy muy orgullosa de todo lo que logré con Lucia di Lammermoor, que creo que es uno de mis mejores roles. La canté por todo el mundo. Recuerdo con emoción mi última Lucia en la Scala en el 2006: todos sabíamos que era la última vez que la hacía y había un público extraordinario.

—Una vez retirada del canto se centra en la enseñanza, ¿qué le aporta?

—Es una gran satisfacción ver los resultados. Ver que algunos alumnos empiezan a hacer carreras, a veces importantes. Además de técnica, que es fundamental, cuando trabajo con alumnos busco transmitir la seriedad sobre el estudio de la partitura y que puedan llegar preparados al teatro. Que tengan un comportamiento serio ante el teatro y ante la vida.

—¿Cómo transcurre el curso?

—Bastante bien. Siempre hay quien rinde más y quien rinde menos; incluso quien tiene defectos difíciles de corregir en pocos días porque la musculatura, por ejemplo, tiene una memoria tremenda. En general, estoy contenta con los resultados. Es el tercer año que imparto aquí este curso y me encanta.

—Tiene una gran relación con Amigos de la Ópera.

—Aquí he cantado mucho, desde una Sonnambula en 1982 a Lucrezia Borgia, que fue mi última ópera completa en España, en el 2017. Me encanta A Coruña, una ciudad con tanto mar y una luz bellísima. La gente es muy agradable y los Amigos de la Ópera son gente con gran criterio y muy amables conmigo. Espero poder seguir viniendo.