El reto de entrar con el coche a la playa

M. Rodríguez A CORUÑA

A CORUÑA

En Santa Cristina, durante los años 60 del siglo pasado, los coches iban a la playa
En Santa Cristina, durante los años 60 del siglo pasado, los coches iban a la playa Alberto Martí Villardefrancos

En los arenales de As Mariñas los vehículos no aparcan en la arena, como antaño, pero en algunos casi

12 may 2023 . Actualizado a las 11:16 h.

Hubo un tiempo en el que ir a la playa en coche se podía hacer de manera literal. Las imágenes de Santa Cristina, en Oleiros, con los vehículos aparcados en la arena lo confirman. Alguno incluso al borde del agua, como si fuera a darse un baño o a refrescarse la ruedas. Eran los primeros años sesenta del siglo pasado y el sector del automóvil estaba en crisis. Al menos eso se deduce de datos como que en 1959 se matricularon en España más de 153.000 vehículos mientras al año siguiente apenas se superaron los 50.000. Y tardarían cuatro años en llegar a los 159.000. 

Ahora los coches no entran en la arena y durante el verano en ocasiones ni siquiera en Santa Cristina ante la acuciante falta de espacio para aparcar. La llegada del bus 1A desde A Coruña hace que algunos opten por ir en transporte público a la playa.

Es algo que evoca a aquellos años en los que los coruñeses también iban en transporte colectivo a la playa: en la lancha de As Xubias que atravesaba la ría de O Burgo. A los remos, y casi siempre cantando, iba un mozalbete llamado Manuel González Savín, que acabaría haciéndose muy popular con el nombre de Cañita Brava.

Aún sin entrar en la arena, en algunas playas del litoral de As Mariñas se puede estacionar rozándola. Miño es el mejor ejemplo de ello, con un amplísimo aparcamiento al lado de las dunas que dan entrada a un arenal imponente. En estos días de mayo ya se pueden ver familias comiendo en esas dunas, a dos o tres metros de la zona de estacionamiento y protegidos del viento. Y parece claro que el arenal seguirá atrayendo este verano a miles de personas que podrán estacionar al lado de la playa Grande y a unos pocos metros de distancia de la salida de la autopista.

La regeneración del complejo dunar y de la marisma por parte de la Demarcación de Costas ha generado una cierta controversia por la eliminación de los árboles. Y es que una playa con árboles es un bien muy apreciado, una verdadera joya, y si no que se lo pregunten a los usuarios de A Magdalena, el arenal del municipio de Cabanas, arropado por un pinar que, a pesar de los problemas de salud de algunos pinos, es un espacio único. Ahí los bañistas también pueden acceder en coche hasta casi la misma orilla del arenal.

El recorrido costero por la carretera que va de Pontedeume e Miño es espectacular; ambos concellos comparten la playa de Perbes donde los aparcamientos permiten también dejar el coche a unos pocos metros de la arena. Mientras los vecinos de la zona, o los veraneantes veteranos, conocen bien cada acceso, a los foráneos les pueden sorprender viales como una pista de cemento que baja hasta el extremo de la playa que pertenece al término municipal eumés; la estrechez de esta vía y el hecho de que sirve de acceso a una vivienda de la zona hace desaconsejable bajar por ella hasta el mismo borde de la playa.

Donde sí se puede llegar hasta casi la misma arena es en el arenal de O Pedrido, en el municipio de Bergondo. Es cuestión de llegar los primeros y algunas de las plazas de estacionamiento que están pegadas a la arena. Quizá sea de todo el borde marítimo del golfo ártabro el espacio donde el coche puede quedar más cerca de una arena que, mientras no llega la temporada de verano, también disfrutan las mascotas que sus dueños llevan allí a pasear.

La de Bastiagueiro es otra playa en la que se puede estacionar a unos pocos metros de la arena, algo similar a lo que ocurre en Mera. El acceso a las playas es algo de lo que informan con detalle algunos concellos; es el caso de Bergondo que aporta datos sobre sus arenales como el de Gandarío, al que se puede acceder, dicen desde el Concello, a pie con facilidad. No es necesario ir con el coche a la playa.