
Un concierto lleno de sabor que desafió las fronteras de la música y se metió al público en el bolsillo gracias al talento de dos virtuosos
19 abr 2023 . Actualizado a las 21:08 h.Sociedad Filarmónica. P. Flores, vientos. P. González, guitarra y cuatro venezolano. Obras de varios autores. Teatro Rosalía Castro, 18 de abril.
Audaz programa de la Filarmónica de A Coruña: música en torno al disco Entropía. Un recorrido de ritmos populares latinoamericanos con Pacho Flores mostrando todas sus capacidades ante el viento-metal y Pingüino González a la guitarra (y al cuatro venezolano). ¿El resultado? Un concierto lleno de sabor que desafió las fronteras de la música y se metió al público en el bolsillo gracias al talento de dos virtuosos para transmitir la naturaleza de este repertorio.
Olvidemos el eterno debate sobre qué música debe o no presentarse en una sala de conciertos. El trabajo de Flores y González dignifica y pone de relieve el arrebatador poder melódico de un programa que incluyó samba, milonga, tango, joropo, tonada o jazz. Hay buena y mala música: la que sonó aquí es del primer grupo. Flores aportó emisión impecable y sonido broncíneo; pero también musicalidad y sentido del ritmo que redondearon la fiesta al lado de Pingüino González, pieza fundamental por la calidez que imprimió a sus instrumentos en perfecta amalgama con Flores. Ambos sienten y aman esta música, como demostraron imbatibles versiones de Bordel 1900 y Café 1930 (de Piazzolla) que destacaron por su sabor; o el popurri donde convivieron de Tonada de luna llena (Simón Díaz) a Chega de saudade (Joao Gilberto). Por no hablar de la versión de El día que me quieras o las variaciones sobre La bikina. Puro ritmo.
El virtuosismo es casi una anécdota: esto fue una lección de cómo llevar un repertorio erróneamente llamado popular a su máxima expresión. Para eso no bastan los conservatorios. Escuchar así esta música es una bendición. El público salió con las pilas cargadas. Pacho Flores y Pingüino González demostraron ser dos musicazos.
Acaba la residencia de Pacho Flores en la ciudad. Qué suerte disfrutar de uno de los mayores genios del viento-metal: quienes no sepan valorarlo como merece, se lo pierden.