Ya no nos queda ni «El pisito»

Antía Díaz Leal
Antía Díaz Leal CRÓNICAS CORUÑESAS

A CORUÑA

El cine es un buen antídoto para recordar que lo de independizarse y conseguir una vivienda decente ya era un problemón a finales de los años 50

01 feb 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando nos creemos únicos e irrepetibles, cuando pensamos que esto que nos pasa nunca en la vida había pasado en este país, el cine es un buen antídoto para recordar, por ejemplo, que lo de independizarse y conseguir una vivienda decente ya era un problemón a finales de los años 50. Volver a ver El pisito, esa maravilla escrita por Azcona y dirigida por Marco Ferreri e Isidoro Ferry, nos coloca frente a aquella generación de españoles que se morían del asco a finales de los 50 porque era imposible independizarse y hacer un proyecto de vida. Ahí están José Luis López Vázquez y Mary Carrillo condenados a un noviazgo eterno porque no tienen dónde vivir. No me imagino a nadie hoy decidiendo que casarse con la casera es la única solución inmobiliaria a sus vidas. No me imagino tampoco que nadie quiera empezar a formar una familia separado por una cortina de sus padres o sus suegros, como recuerda un pequeño cómic de Paco Roca, Regreso al Edén, mucho más que una anécdota, reflejo de una vida cotidiana sin futuro.

En A Coruña hay menos de 500 pisos en alquiler. Y 9 de cada 10 cuestan más de 500 euros. Basta dar una vuelta por cualquier portal inmobiliario para entender que el sistema nos ha metido en una trampa que tiene difícil solución. Hay que esforzarse, les decimos a los jóvenes. Y ellos estudian (todos pensamos que menos que nosotros) y buscan trabajo (con menos ganas, pensamos). Y de pronto descubren que si quieren empezar un proyecto de vida, el salario que cobran por ese trabajo (con el que están poco comprometidos, decimos) no les da ni para un alquiler. Porque hipoteca no es una palabra, sino una utopía. Aquellos Petrita y Rodolfo en blanco y negro no son ciencia ficción.