El Océano Atlántico es la poción mágica de Galicia

Javier González Sobrado
javier g. sobrado REDACCIÓN / LA VOZ

A CORUÑA

Las borrascas en el Atlántico Norte impiden que la ola de calor sea especialmente fuerte en Galicia
Las borrascas en el Atlántico Norte impiden que la ola de calor sea especialmente fuerte en Galicia CARMELA QUEIJEIRO

Las borrascas del norte oceánico impiden que la masa de aire caliente procedente de áfrica eleve en exceso las temperaturas

14 ago 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Durante esta última semana, el sur de Europa ha estado realmente atacado por las altas temperaturas y toda una serie de consecuencias de las mismas. Grecia ha sufrido una ola de incendios catastrófica que ha arrasado con más de 100.000 hectáreas de territorio heleno; por la posibilidad de que esto mismo ocurra, Portugal ha declarado la situación de alerta, acompañado de unas declaraciones del primer ministro António Costa que alerta «van a ser días difíciles»; en Italia, y en concreto, en la localidad siciliana de Siracusa el mercurio alcanzó números que, de confirmarse su validez, serían los más altos registrados en Europa. De hecho, este último dato ha llegado a suscitar palabras de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), organismo que mientras verifica los 48,8 grados centígrados del miércoles en Sicilia, aseguró que con la actual tendencia, esa marca volverá a batirse. La OMM subraya que pronto podrían superarse los 50 grados.

La tónica en España no difiere mucho de la del resto del sur europeo, con mínimas nocturnas que podrían sobrepasar los 25 grados en Madrid y más de medio territorio estatal en alerta. Pero, como aquella aldea de irreductibles galos que se oponían al pulso firme de la Roma del César, Galicia resiste la ola de calor, aunque buena parte de la cuenca del Miño y la raia seca ourensana sí presenten alertas amarillas. La pregunta que surge es, ¿cuál es la poción mágica galaica contra estas temperaturas?

«Para que se diesen esos datos en Galicia, tendría que haber un anticiclón en las islas británicas», expone Juan Taboada, de Meteogalicia. El aire cálido que sube del norte africano -y que además arrastra partículas en suspensión recogidas en el Sáhara- está tomando un giro hacia el este cuando se acerca al norte de la Península Ibérica. La concentración de borrascas en el Atlántico Norte, que trajeron un julio anormalmente frío y desapacible a Galicia, son ahora las que soplan en contra de esas temperaturas sofocantes, y las que, en palabras de Taboada «nos están salvando de la ola de calor». Esto no impedirá que durante el fin de semana se desarrolle un clima veraniego, de sol, cielo abierto y noche cálida -de hecho las temperaturas nocturnas irán al alza-, pero sí que el calor suponga un posible problema para la salud.