«La tendencia es ir al elemento natural»

R. G.

A CORUÑA

Resultado final del montaje del nuevo jardín vertical en el camino de Santiago
Resultado final del montaje del nuevo jardín vertical en el camino de Santiago Atr

Los jardines verticales ganan espacio: «Tenemos un proyecto en Mera para una vivienda con cubierta verde»

16 abr 2021 . Actualizado a las 09:46 h.

El antiguo edificio de Tabacalera en Santander acoge desde comienzos de este año el jardín vertical interior más grande de Europa con 558 metros cuadrados, 32 de largo por 17 de alto. Galicia no es ajena a un fenómeno incrementado por la pandemia en el que «la tendencia es ir al elemento natural». Esto apunta el responsable del estudio de arquitectura Emilio Paulos & Co. Esta firma acaba de instalar un jardín vertical en Sarria: «Se ejecutó con fondos de la Xunta. Es un proyecto ganado en concurso cuyo objetivo era revitalizar y humanizar el Camino Francés a su paso por esta zona del Concello aprovechando la fachada medianera de una edificación». Paulos explica que llevan años investigando este tipo de instalaciones que, si bien el coste inicial que tienen es algo más elevado que los jardines horizontales, tienen la ventaja de que luego el mantenimiento es mucho menor.

Además de un jardín vertical instalado en una funeraria coruñesa y el que hicieron para un restaurante de Lugo, en estos momentos en el estudio de Paulos están «trabajando en un proyecto en Mera para una vivienda con cubierta verde». Personas que tienen patios interiores o zonas verdes privadas son los principales interesados en este tipo de jardines.

Atr

Eva Fariñas, responsable de las floristerías Calo, es socia del estudio de José Emilio Paulos. Apunta que a raíz de la pandemia sus clientes «piden sobre todo verde para la casa, especialmente flores y plantas». Destaca la espectacularidad de jardines verticales como el instalado en Sarria, mientras que Paulos desglosa una serie de ventajas de los mismos: «Las plantas fijan muchos contaminantes del aire e incrementan las superficies fijadoras de CO2. Así podemos precisar que un metro cuadrado de fachada vegetal atrapa 130 gramos de polvo al año y que si tomamos como ejemplo un edificio de cuatro plantas cuya fachada sea vegetal conseguimos que llegue a filtrar 40 toneladas al año de gases nocivos y hasta 15 kilos de metales pesados».

Otra ventaja de estos espacios verdes verticales es que reducen la temperatura en su entorno, «hasta cinco grados en verano, manteniendo cálido el edificio en el invierno». Además aportan oxígeno, retienen agua de lluvia y «mejoran el aislamiento acústico, hasta conseguir mitigar 10 decibelios de contaminación sonora, y también el aislamiento térmico de las fachadas, reduciendo el consumo energético, y prolongan la vida de la impermeabilización», detalla Paulos. Este arquitecto técnico, especializado en interiores y paisajismo, también dirige la firma Quadratura Constructores dedicada a la rehabilitación de espacios cuyas oficinas de A Coruña, lógicamente, cuentan con un jardín vertical exterior.

París, el primero

Tras recordar que en el año 1988 se instaló el primer muro vegetal y lo albergó la Ciudad de las Ciencias y de la Industria de París, Paulos apunta otras ventajas de los jardines verticales aportadas por estudios transversales de distintas disciplinas: «Los biólogos y demás especialistas en la materia saben que las plantas en su hábitat natural crecen en superficies verticales, sobre todo cuando el agua está disponible durante todo el año. Lo mismo ocurre en los bosques tropicales, donde las plantas pueden crecer en los troncos y ramas, así como en acantilados de piedra caliza, cuevas, cascadas o en las laderas de las montañas. Estas situaciones, que pueden parecer sorprendentes, son el hábitat ideal para muchas especies vegetales».