Jabalíes por Juan Flórez

Luís Pousa Rodríguez
Luís Pousa CRÓNICAS CORUÑESAS

A CORUÑA

Astérix y Obélix serían muy felices en Coruña. Quién lo duda. Ni siquiera echarían de menos esa fantasía gala de que a veces el cielo se derrumba sobre nuestras cabezas

10 nov 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando veo un jabalí, lo primero que se me viene a la mente es mi diálogo favorito de los tebeos de Astérix.

Obélix y Astérix llegan a una posada en algún lugar del orbe y el pequeño galo, sin mirar la carta, pide al mesonero:

-Dos jabalíes, por favor.

Obélix, que por algo se cayó de pequeño en la marmita de la poción mágica, replica rápido:

-Para mí también dos jabalíes, por favor.

Astérix y Obélix serían muy felices en Coruña. Quién lo duda. Ni siquiera echarían de menos esa fantasía gala de que a veces el cielo se derrumba sobre nuestras cabezas. Porque, cuando arrecian los temporales, ya dijo Picasso que parece que Coruña va a salir volando por los aires o que se la va a tragar una alcantarilla en medio de ese océano oblicuo que aquí llamamos lluvia.

De niño, yo pensaba que la Galia que resistía al invasor romano era en realidad Galicia, así que no me cuesta mucho imaginar a la primera dama de la aldea, Karabella, rajando con las bravas pescantinas de la plaza de Lugo sobre el pescado podre de Ordenalfabétix. Obélix tendría sitio de sobra para plantar sus menhires junto a las esculturas de Manolo Paz en la península de la Torre y, si los galos echasen de menos zurrarle la badana a los legionarios, siempre podrían enviar unas señales desde lo alto del faro para ver si pican y las galeras se vuelven a arrimar a nuestro puerto.

Aunque lo más importante, claro, es que Astérix y Obélix no tendrían que irse muy lejos para cazar jabalíes. Entre que los coruñeses no salimos a la calle por el toque de queda y que los puercos andan despendolados, últimamente los bichos se pasean por Juan Flórez de madrugada como cuando éramos jóvenes y tomábamos la última en Finita.