En medio de la rueda de prensa, Ayuso soltó como una bomba su malestar por lo que pasa aquí. Que dios nos coja confesados, si de repente estamos en las oraciones de Ayuso
23 sep 2020 . Actualizado a las 05:00 h.A Isabel Díaz Ayuso le preocupa lo que pasa en Coruña. No contenta con el sinvivir de Madrid, la presidenta ha decidido mostrar públicamente su preocupación por nosotros. Que seguro que como dijo Coruña podría haber dicho Albacete, pero no. En medio de la rueda de prensa, Ayuso soltó como una bomba su malestar por lo que pasa aquí. Que dios nos coja confesados, si de repente estamos en las oraciones de Ayuso.
Madrid es España, España es Madrid, Madrid no es de nadie porque es de todos. Si no estuviéramos con el agua hasta las cejas en este drama, podríamos meter esta perla en la antología de las grandes citas políticas, al nivel del culebrón del alcalde y los vecinos. Pero maldita la gracia que tiene. Estos días recibo mensajes desesperados de mi pandilla madrileña. No es madrileña ni la primera, pero lo son todas. Porque efectivamente, Madrid es de todos. También de todas los que me dicen que por primera vez en su vida están tomando decisiones sobre su futuro inmediato por miedo a las medidas de sus gobernantes.
Los que aterrizamos en la ciudad donde nadie es forastero sabemos lo que es sentirnos arropados desde el primer momento en el que pisamos los Cantones. Desde la primera noche de San Juan. Por eso es posible encontrar a algún CTV nacido en cualquier otro lugar de España. Como es posible que mi pandilla de asturianas, serbias y venezolanas sea tan de Madrid como el Rastro, o que cada vez que volvemos, quienes hemos vivido allí reconozcamos aquello que decía Hemingway de París. Solo hay que cambiar el nombre de la ciudad: si tienes la suerte de haber vivido en Madrid cuando joven, luego Madrid te acompañará, vayas a donde vayas, todo el resto de tu vida, ya que Madrid es una fiesta que nos sigue. En medio de la orgía de banderas en la que comparecieron Ayuso y Sánchez, no había rastro de aquello... y menos mal que no pueden robarnos el cielo de Madrid en primavera.