Donde el río Monelos sigue siendo río

A CORUÑA

MANUEL RODRÍGUEZ

Del cauce que marcó la vida de la ciudad queda algún tramo visible en cuyo entorno pacen ovejas y picotean gallinas

02 feb 2020 . Actualizado a las 22:31 h.

-¿Buscaba algo?

-El río Monelos.

-El dueño de esa parcela dice que va por ahí debajo y sale allí, un poco más adelante.

Conversación a poca distancia del centro comercial Marineda City. Efectivamente, por ahí está uno de los pocos lugares donde el río Monelos sigue siendo río o al menos regato. El pequeño cauce discurre al lado de un prado en el que varias decenas de gallinas picotean el suelo en busca de alimento. Un gallo joven eleva su canto por encima del denso rumor del tráfico que llega de la avenida Salgado Torres, cerca de la rotonda de Eduardo Diz. Aquí y allá pacen ovejas, atadas, en esa franja verde bajo la cual discurre el oleoducto de Repsol. Una de ellas, tumbada, cuida de dos crías mientras la tercera, apartada del grupo, se levanta ante la presencia humana. Cojea. Más allá, también atado, un perro mira curioso y, con pereza, suelta algún ladrido de vez en cuando.

«Hai unha cuarta de río e o resto é fango». Es el resumen de uno de los vecinos de la zona en el documental Esquece Monelos, de Ángeles Huerta, que recoge la historia de este río. Lo estrenó hace tres años, fue galardonado con tres premios Mestre Mateo y cuando hace unas semanas se volvía a proyectar en el Fórum Metropolitano el local se llenó y hubo gente que se quedó fuera. «Pedide que se volva a proxectar, que nós non temos problema en facelo», animaba a los asistentes Isabel Risco en nombre de la asociación de vecinos Os Castros, Oza y Gaiteira.

En el trabajo de Huerta aparece este tramo de río, un cauce estrecho en el que estos días puede verse desde una bandera tirada en el fondo hasta trozos de cables y piezas metálicas. En su entorno hay casetas para animales, redes haciendo de vallas, cables cruzando por encima o en el lecho del pequeño cauce. Entre una zona de árboles, próxima ya a la vía del tren, sorprende lo limpia que va el agua, aunque sea poca. 

Desde Feáns y Pastoriza

«Hai máis neuronas nun cerebro humano que partículas no universo. Pero si as puxeramos unha trala outra, si intentasemos ordenalas ao longo da nosa vida o único que veriamos sería un pequeno río». Así arranca el documental de Huertas, su ópera prima, mientras se ve la canalización de «un río que se llamaba Monelos, un río que hoy está prácticamente olvidado. De su paso queda una escultura en una rotonda, una calle que lleva su nombre, dos puentes (uno visible bajo la Avenida de Oza y otro sepultado pero intacto bajo la rotonda de Nuevos Ministerios) y algunas fotos viejas». Así resumen (www.esquecemonelos.com) los restos de un caudal que estaba formado por diferentes cursos de agua: «El principal nace en la parroquia de Feáns, en el lugar de Castiñeira, y continúa hacia Mesoiro. Para salvar el desnivel, formaba, muy cerca de donde hoy se encuentra la nave de Ikea, una pequeña cascada que servía para mover las ruedas de un batán o martinete que da nombre al siguiente de los barrios que atraviesa. A partir de aquí, el río ya está soterrado, y cruza la Avenida de Alfonso Molina hasta Ponte da Pedra, donde se junta con otros cursos de agua».

El otro ramal importante, el conocido como río Monelos, nace en Pastoriza (Arteixo), se ve interrumpido por la presa de Meicende y atraviesa soterrado el polígono industrial de A Grela para emerger cerca de San Cristovo das Viñas, entre dicho polígono y las vías del tren.

Ahí, sigue siendo aquel el río Monelos que probablemente empezó a ser enterrado «para evitar la línea del ferrocarril», apuntan los autores del documental, cuando el tren «llegó a la ciudad en 1883, y tuvo su primera estación [la del Norte] en el lugar que hoy ocupa la actual estación de autobuses».