El gobierno local estudia promover que la casa Cornide se declare BIC

Eduardo Eiroa Millares
E. EIroa A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

CESAR QUIAN

La medida permitiría dificultar su venta y facilitaría abrirla al público como Meirás

16 sep 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

La aprobación en pleno el pasado jueves -a iniciativa del BNG- de una moción para que el Ayuntamiento ejerza acciones legales para recuperar la propiedad de la casa Cornide podría empezar a materializarse a corto plazo con la apertura de un expediente para que ese edificio, en manos de la familia Franco desde los años 60 del siglo pasado, sea declarado bien de interés cultural (BIC).

«El gobierno local está valorando realizar un estudio que permita conocer las posibilidades de tramitar una declaración de la casa Cornide como BIC», indicó el concejal de Educación, Cultura y Memoria Histórica, Jesús Celemín.

Aunque ese paso no supondría una modificación de la propiedad, sí permite garantizar una mayor protección al inmueble y, por ejemplo, dificultar su venta, ya que el Estado tendría derecho preferente para hacerse con él y podría bloquear cualquier transacción. Además, la declaración de BIC supondría, como ocurrió en Meirás, la apertura del edificio tanto para los técnicos de Patrimonio que lo inspeccionen como a investigadores e incluso para el público en general que, según la ley, tendría derecho a visitar el bien inmueble catalogado al menos cuatro días al mes y al menos cuatro horas cada uno de esos días.

«No caso da casa Cornide non se fixo nada, está todo por facer», indica Carlos Babío Urquidi, coautor del libro Meirás, un pazo, un caudillo, un espolio. En su opinión, es esencial la demanda social para que se den los pasos apropiados y recuerda que en el pazo jugó un papel fundamental la Diputación. «Benvido sexa, aínda que sexa tarde», dice sobre la decisión del consistorio de abrir una nueva causa. 

Vale la pena, dice, explorar los mismos métodos que en Meirás y recurrir a una demanda civil para conseguir la reversión de la propiedad, si bien el caso de la residencia coruñesa no es el mismo, pues en la transmisión de la propiedad a la familia Franco se buscó dar una apariencia de legalidad, recuerda. «A trama coñecémola, sabemos como foi, coa experiencia que temos de Meirás, se copiamos o modelo da Deputación, cunha xunta pro devolución, con divulgación e participación social, o resultado final sería a unanimidade social na demanda, como en Meirás», cuenta.

La residencia, construida en la segunda mitad del siglo XVIII por el padre del polígrafo coruñés José Cornide de Folgueira, estuvo más de siglo y medio en manos privadas. En 1808, sin embargo, funcionaba como casa consistorial y ya en el siglo XX una parte del inmueble prestó servicio como centro educativo, conocida entonces como la escuela de los Tomasinos, siendo ya propiedad el Ministerio de Educación.

En 1961 se la quedó el Ayuntamiento mediante una permuta y la sacó a subasta. La adquirió Pedro Barrié de la Maza para ponerla en manos de Carmen Polo, esposa de Franco. Ya en manos privadas, el consistorio siguió haciendo obras de mejora en ella. Hoy la propiedad sigue en uso y figura a nombre de los herederos de Carmen Polo, si bien la mayor parte del año está cerrada.

Los expertos coinciden en el valor único del número 25 de la calle Damas

Para que un inmueble sea declarado bien de interés cultural es necesario que este «tenga interés histórico, artístico, científico o social», indica la legislación. Hay muy pocas dudas sobre el hecho de que la casa Cornide cumple los parámetros.

La Real Academia Galega de Belas Artes emitió en su día un informe en el que constan las opiniones de destacados especialistas sobre el edificio. «É, tal vez, un dos testemuños de arquitectura civil máis curiosos, persoais e interesantes de cantos se levaron a cabo nese tempo», indica en el texto el profesor de la USC Alfredo Vigo Trasancos. El mismo documento cita también al historiador Pedro López Gómez, quien estima que «se trata dun dos caseróns rococó máis interesantes de cantos se levantaron en Galicia a mediados do século XVIII». 

Del Estado en 1949

Fue edificada por Diego Antonio Cornide y Saavedra y en 1776 como muy tarde estaba terminada. A principios del XX figura a nombre de la familia Vázquez Pardo. En los años 30 allí estaba la escuela de los Tomasinos, una sala de cine en la primera planta y un salón de billar en la segunda. En 1949 consta que la casa es ya propiedad del Estado. Para ella hubo diversos planes, entre ellos convertirla en conservatorio y también en biblioteca municipal.

Desde su construcción el edificio pasó por diferentes reformas internas, pero la fachada principal se mantiene tal y como fue concebida. Su precio de mercado supera los dos millones de euros.