Elena Pazos: «A veces pienso si mis ideas son locas»

Montse Carneiro A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

CESAR QUIAN

La científica de la UDC logra una beca Starting Grant de 1,5 millones de euros para su proyecto de investigación sobre nuevos materiales inteligentes

05 sep 2019 . Actualizado a las 00:39 h.

El buen científico se hace preguntas que nadie hizo antes. «A veces pienso si mis ideas son locas», dijo Elena Pazos al presentar la excepcional beca Starting Grant (1,5 millones de euros) que le ha concedido el Consejo Europeo de Investigación (ERC) para desarrollar su proyecto sobre materiales inteligentes. La doctora en Químicas, que descifró su vocación en el interés por «plantear ideas e intentar resolverlas; la química juega muchas malas pasadas, piensas que tienes la razón y no la tienes», agradeció este miércoles en A Maestranza el trabajo de su equipo, su centro (CICA), la oficina de apoyo (OTRI), la Universidade da Coruña (UDC) y el programa de captación de talento InTalent, financiado por Inditex, sin los cuales «probablemente no estaría aquí».

La tercera Starting Grant de la UDC y decimotercera de Galicia llega a los dos años del fichaje de Elena Pazos, hasta entonces integrada en un grupo de investigación catalán, con cargo a la convocatoria InTalent, cuya existencia «se xustifica só coa consecución desta bolsa», afirmó el rector, Juio Abalde. Pazos vino con un proyecto multidisciplinar sobre sensores inteligentes de enfermedades degeneratitvas y nanomateriales, que a la postre derivó hacia esta última línea. «La parte de nanomateriales dio los resultados preeliminares con los que fundamentamos la solicitud de la beca», expuso.

Durante cinco años, a contar desde febrero del 2020, Pazos y el equipo de investigadores que contratará desarrollarán una metodología que permita crear nuevos materiales inteligentes «capaces de responder a los cambios que se producen en su entorno, cambiando sus propiedades o su función». A largo plazo podrán aplicarse en electrónica o biomedicina, pero «nuestro foco es desarrollar nuevos conceptos de ciencia básica, conocimiento nuevo», advirtió la líder del grupo. 

Las fronteras del conocimiento

El matiz es importante. Minutos antes, Horacio Naveira había llamado la atención sobre el asunto. «Se suele decir ‘sin ciencia no hay futuro’, y es algo que me incomoda, creo que habría que poner un calificativo: ‘Sin ciencia básica no hay futuro’. Los vientos soplan a favor de la ciencia aplicada y todo lo que no se pueda transferir [a la sociedad] pasa a un segundo término», alertó el portavoz del vicerrectorado de investigación. Y contó una anécdota con David Kornberg, nobel de química 2006. «Estábamos en una sala no más de veinte personas y él nos hizo notar por qué le habían dado el premio. Sus contribuciones a las bases moleculares de la transcripción en eucariotas... No entro en detalles. Lo que importa: el Nobel llegó fundamentalmente porque consiguió una técnica experimental que, confesó, habían desarrollado en el laboratorio durante 20 años con restos de financiación de otros proyectos, porque nadie les hubiera dado dinero para algo que, con suerte, tendría beneficios 15 o 20 años después», contó Naveira, y concluyó: «Elena, espero que tú no tardes tanto, pero no te dejes cegar por la ambición de conseguir cuanto antes resultados transferibles».