Los grandísimos nombres del Noroeste

Javier Becerra CORUÑESAS

A CORUÑA

PAUL WELLER EN EL NOROESTE POP ROCK DEL 2006
PAUL WELLER EN EL NOROESTE POP ROCK DEL 2006 IAGO VIANA

El de The Cure es uno de esos conciertos icónicos que siempre se destaca cuando el coruñés pretende sacar pecho de su festival

09 ago 2019 . Actualizado a las 11:08 h.

Ya fue mala suerte. Compramos los amigos el abono del Festival de Benicasim de 1998 para disfrutar de la música que en A Coruña jamás de programaba. Y va ese año y, en un giro inesperado, The Cure tocan en el Noroeste Pop Rock. El concierto se celebró a orillas del Atlántico más o menos a la misma hora que Los Planetas hacían ídem en el Mediterráneo con una de las peores actuaciones de su historia. Los coruñeses que estábamos allí (se llegó a fletar un autobús y todo) maldijimos nuestra elección.

El de The Cure es uno de esos conciertos icónicos que siempre se destaca cuando el coruñés musiqueiro pretende sacar pecho de su festival. Pero no es el único, por supuesto. ¿Cómo olvidar aquel fundacional Noroeste Pop Rock que, como bien recordaba ayer Nonito Pereira estos días en Facebook, llevaba el subtítulo «encuentro musical Ciudad de La Coruña»? Se celebró en el Pabellón de los Deportes con grupos como Objetivo Birmania, Siniestro Total, Os Resentidos o Radio Océano. Uno entonces era un crío. Tuve que esperar a 1990 para ver mi primer Noroeste, ya en la playa, con Luz Casal y Rico. Nada memorable en lo musical. Sí en cuanto al medidor de excitación juvenil. Desbordaba.

Los pellizcos llegarían más tarde. En 1992 flipé con Los Eskizos volando en Riazor con su garage-rock. Era increíble que una banda de mi ciudad a la que podía ver por las mismas calles por las que caminaba yo estuviera a un nivel tan alto allí arriba. En la misma edición, después de ellos llegarían los Hombres G, recibidos a tomatazo limpio por los ofendidos al haber sido la opción b de una a muy especial: los Ramones, caídos por enfermedad de uno de sus miembros. También recuerdo una noche memorable con Kiko Veneno en 1995. Uno de esos conciertos a los que acudes sin muchas expectativas y sales totalmente enamorado de un artista total.

Que demande la calificación de histórico sin pega alguna existe otro aparte del de The Cure: el de Paul Weller, en el 2006. El británico, pletórico, ofreció un concierto soberbio colmando la devoción que entonces había por él en la ciudad. Y sin olvidar pequeños chispazos como aquel inesperado de los New York Dolls en el 2007, viajamos el 2013 para rescatar otra actuación apoteósica: Suede resucitados elevando al infinito su magnífico repertorio en Riazor. Sin embargo, cabe destacar, un año antes, a Mika. Otro bolo al que acudes a ver qué tal sin mucho convencimiento y terminas dando botes y flipando con su maneja de manejar el pop y el espectáculo. También hay muchísimas actuaciones pequeñas para el recuerdo, especialmente en los últimos tiempos renovadores del festival (María Arnal i Marcel Bagés o Swans, por ejemplo), pero a buen seguro esta noche tocará añadir otra artista mayúscula a la lista de las letras gordas del Noroeste. Quizá la más grande hasta la fecha. Sí, Patti Smith. La esperamos. Emocionados.