Sauna y bañera de hidromasaje en María Pita

Alfonso Andrade Lago
Alfonso Andrade A CORUÑA

A CORUÑA

PACO RODRÍGUEZ

Portátiles, móviles, pantalla táctil, sillas ergonómicas y hasta un sofá, entre las peticiones de la Marea para su local municipal

03 ago 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Seis portátiles, seis móviles, otras tantas tabletas, dos ordenadores de sobremesa, luces con sistema de temperatura cálida para el local municipal, un nuevo equipo de climatización, doce caballetes, mesas de oficina, veinte sillas apilables, seis ergonómicas, pantalla táctil, un sofá… Es un resumen de la lista de peticiones realizada por la Marea para sus aposentos en María Pita.

Ya hace tiempo que en ese local, el mismo que ocupó el PSOE durante el mandato anterior, se echa en falta un relevo tecnológico, con gadgets que aporten novedades y humanicen la burocrática vida del político. Pero en su modestia, la confluencia ha dejado fuera de su lista elementos imprescindibles en todo local municipal que quiera presumir de una mínima dignidad. Por ejemplo, una bañera de hidromasaje. Qué mejor manera de aliviar tensiones después de un pleno bronco, con orcos amenazadores. O quizá una sauna, con propiedades terapéuticas probadas y la posibilidad, incluso, de reutilizar el vapor para irrigar y favorecer el desarrollo de un corredor verde hasta el salón de plenos. Habría que considerar además un servicio de bar para reponerse de la pérdida de líquidos y, con el objetivo de avanzar por dicho corredor en comunión ecológica con el ambiente, unos patinetes eléctricos que transporten a los señores concejales sin necesidad de contaminar.

En cualquier caso, convendrán conmigo en que no sería posible acometer estas reformas sin el personal adecuado. Y por favor, que no se interprete este punto como un dispendio municipal, sino como una oportunidad laboral. Las peticiones de la Marea tirarán del empleo justo antes de la recesión otoñal. En ese despacho municipal será necesario un técnico especializado en frío y calor, un operario para el yacusi, un camarero para el bar, un guardia forestal para el corredor verde y un experto en movilidad que administre el parque de patinetes. Y convendría echar mano de un masajista y de un especialista que sepa regular las sillas ergonómicas, un puesto que a largo plazo puede resultar incluso rentable porque, si el profesional fuese eficaz en su desempeño, se podría prescindir del fisioterapeuta.

En cuanto al presupuesto, tal vez pueda plantearse todo esto como un apéndice de la Ciudad de las TIC y desglosar para este capítulo parte del desembolso previsto en la fábrica de armas. Pues no deja de ser cierto que si queremos una Coruña puntera en tecnología, una auténtica smart city, María Pita debería ser el principal bastión. Así que ya está tardando el pleno extraordinario que plantee y ejecute esta coyuntura.

Las viejas costumbres de la nueva política.