Zuckerberg, aquí tienes más datos

Sandra Faginas Souto
Sandra Faginas CRÓNICAS CORUÑESAS

A CORUÑA

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Facebook Dado Ruvic

25 jul 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Antes de que Mark Zuckerberg inventara la red social que nos hace a todos tan amigos, mucho antes de que se creara Silicon Valley y toda esa ingeniería informática que teje nuestras vidas ahora mismo, mucho antes de toda esa revolución planetaria, ya existíamos nosotros, los coruñeses. Que somos unos seres que hemos desarrollado un archivo sublime con millones y millones de datos que nos van uniendo a lo largo de los siglos. Esta red social tan única -a la que podemos llamar Me-lo-sé-todo-de-Coruña.net- no está registrada en ningún sitio web ni tiene un Steve Jobs detrás, pero la hemos creado y la vamos alimentando de una manera bestial con esa facilidad pasmosa con la que tenemos interiorizadas cada uno de los coruñeses nuestras fichas. Así que no sé por qué andamos todos tan asustados con la ley de protección de datos, con que el vecino de al lado sepa si entramos o salimos, si hemos roto con nuestra pareja, si hemos tenido un hijo más, si votamos a Pedro, a Pablo o al otro Pablo, porque eso a un coruñés no le asusta en absoluto. Es más, esa información un coruñés la maneja. Un coruñés la sabe.

En tal caso, yo si me tuviera que defender y proteger mis datos, no me preocuparía tanto por Mark (Zuckerberg) sino por cualquiera de ustedes, que saben tan bien como yo que nos tenemos fichados.

Un coruñés nace y crece con el ADN social que nos impulsa a un conocimiento estudiado del otro, con referencias concretas que no necesitan de un DNI, pero que en el día a día nos son muy útiles cuando pisamos la calle. Una calle propia, que incluso a veces nos puede dar un nombre y un apellido. Tú le dices a alguien de esta ciudad -y pueden hacer la prueba si quieren-: «¿Conoces a Josito, el de Adelaida Muro?». Y como en las películas, verán pasar por el cerebro de un coruñés esas imágenes de Matrix con cientos de números hasta que encuentra la respuesta correcta. «¿Josito, el que estudió en Salesianos, que tiene un niño y que jugaba al fútbol de pequeño en el Orillamar? Sí, hombre, ¡cómo no voy a conocer yo a Josito!, ¡somos colegas de toda la vida!». Pero si prueban a encontrarse con otro coruñés y le preguntan si conocen a Suso, el de la Barrera, ya no hay más que hablar porque les saldrá la historia de su vida, el árbol genealógico y todo un mundo privado por descubrir.

En Coruña no hay manera de esconderse de ese sistema de comunicación entrecruzada que se desencripta con la naturalidad de un paseo o de un encuentro fortuito. Nuestra ley es conocernos, y aunque no seamos amigos íntimos, ahí estamos todos llenos de likes y de guiños cómplices. Zuckerberg no sabe aún lo que se pierde, el día que ponga un pie en Riazor, le reventamos la máquina.