La literatura del cabreo vecinal

A CORUÑA

R. GARCÍA

Orines de perros, basura e incivismo generan curiosos carteles que muestran el enfado de los vecinos afectados

08 jul 2019 . Actualizado a las 09:50 h.

«O teu can prefire mexar no campo que na miña porta!!». Es lo que puede leerse en un cartel que está a la entrada de Ultramarinos Carmiña, en la calle San Juan. «Non creas que lle fan moito caso», comenta, resignada, Verónica Pintor, que desde hace un par de años es la responsable de este local con más de medio siglo de existencia. La suya es una indicación amable y hasta ilustrada con dibujos. Pero sobre el mismo problema hay quienes optan por la rotundidad; así, un texto que desde hace un tiempo está pintado en la pared de la esquina del bar Doré, en la Falperra, dice: «Por aquí pasó un cerdo paseando a su perro». Verónica comenta que conoce otro texto casi idéntico en Monte Alto.

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Y es que si en la literatura hay diversidad de géneros, lo mismo ocurre a la hora de escribir avisos para pedir civismo. Prueba de ello es que en la calle Doctor Fleming, cerca del mercado de Santa Lucía, aparecieron, hace unas semanas, varios letreros colocados en el mobiliario urbano, escritos en un folio y que decían: «Por favor, los vecinos de esta zona rogamos sean considerados con las heces de sus perros. Muchas gracias por su colaboración». Un llamamiento similar estuvo durante un tiempo, de una forma mucho más directa, en uno de los portales de esa zona con un aviso-interrogatorio: «¿Dejarías que tu perro hiciera en tu portal lo que hace en este?»

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La casuística de los perros genera encendidos debates, pero no es la única que hace que los vecinos desplieguen sus avisos en los lugares más insospechados. Así, en un colchón tirado al lado de un contenedor, en la calle Pintor Seijo Rubio, entre A Gaiteira y Castrillón, dejaron este miércoles una nota: «Hay un servicio (010) que es para llamar y que vengan a recoger estas cosas en vez de dejarlas en la calle. Solo hay que llamar al 010 y es gratuita». Las dos últimas palabras aparecían destacadas. Y es que una cosa es cómo empieza el aviso y otra como termina, cuando quien lo escribe se ve que se ha ido cabreando con el asunto. Es lo que ha ocurrido con el loro de la ya cerrada pajarería El Paraíso, en el número 45 de la calle Villa de Negreira. La mencionada Vanesa Pintor evoca, como hacía Luis Pousa en estás páginas, sus recuerdos de niña con este guacamayo.

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El caso es que la vecina que lo cuida ha escrito un relato detallado sobre la situación del loro, su edad, sus achaques y cómo lo alimenta y lo ha colgado en un cartel que concluye pidiendo a vecinos y transeúntes de la zona que «no hagan suposiciones sin saber». El resumen, como ya contaba Pousa, es que el animal tiene 28 años y por lo tanto requiere de unos cuidados determinados que no permiten tener el habitáculo como cuando estaba abierta la pajarería y puede dar una sensación equivocada al verlo. Lo que deja claro el aviso es que el loro está bien atendido.

En otras ocasiones es el incivismo lo que motiva la aparición de avisos. Es el caso de uno de los portales traseros del bloque de viviendas del inicio de la ronda de Nelle, en Cuatro Caminos, donde hay toda una filípica a la chavalada que al parecer se reúne en dicho portal y deja restos de su paso por el lugar: «A partir de hoy como se siga encontrando cada mañana las escaleras llenas de colillas, basura, latas, etc., se os prohibirá estar en ellas...».

A juzgar por la detallada explicación, no es la primera que se da este problema ya que, concluye el texto, «ya os han vetado en el portal de arriba y en el de abajo, vosotros veréis!».

Del «nicho listo para enterrar» a «las flores que robas sean para tu tumba»

Desde hace más de un año, en Ultramarinos Carmiña de la calle San Juan hay un letrero: «Se ofrece nicho. Listo para enterrar. Sin cargas». Y un número de teléfono en donde este viernes no contestaban. Verónica Pintor explica que un día entró una señora y le dijo si podía poner el aviso. Ella se fue hacia el interior de la tienda y «cando saín flipei». La mujer ya se había marchado, pero desde entonces han sido muchísimas las personas, también en redes sociales, que se han hecho eco del texto del cartel. «De aí non o vou quitar», anuncia.

El que sí han retirado es otro texto que hace un mes estaba pegado en el bajo de uno de los edificios del inicio de la ronda de Nelle. El cabreo de la persona que lo escribió era evidente: «Ojalá que las flores que robas sean para tu tumba. No rompas la planta [subrayado] Malnacido/a. Y recuerda que estás robando en una propiedad privada [también destacado]». Esta semana el letrero no estaba y debajo del mismo, en una jardinera, había crecido una hortensia azul.