La primera alcaldesa avanza paso a paso

Xosé Vázquez Gago
Xosé Gago A CORUÑA

A CORUÑA

MARCOS MÍGUEZ

Rey ha abordado problemas inmediatos, como el de los campamentos de verano, y ha evitado paralizar proyectos o romper puentes con la oposición para intentar afianzar la estabilidad del gobierno del PSOE

01 jul 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

A estas alturas del 2015, el Ayuntamiento era un hervidero de actividad, aunque no siempre fue beneficiosa para la ciudad. En las dos semanas que siguieron a su llegada al gobierno, entre otras medidas, la Marea Atlántica paralizó el Museo de la Automoción e Historia, suspendió la adjudicación del contrato de la ORA para estudiar una remunicipalización que nunca llegó y se tradujo en el pago de facturas irregulares durante meses, planteó una reforma de la obra de la Marina para dotarla de zonas de sombra que tampoco se hizo realidad jamás, propuso una «reducción» de las fiestas de agosto, rechazó asistir a la Ofrenda del Antiguo Reino de Galicia, rompió todos los puentes con el PP al denunciar un supuesto «desfase económico» de 21 millones de euros, los puso en riesgo con el PSOE -y acabó rompiéndolos después y también con el BNG al seguir tomando decisiones unilaterales- cuando redujo sin consultar a ningún otro grupo los salarios del personal de confianza municipal, solo para que el alcalde admitiese un año después que se habían «pasado de frenada».

La situación no puede ser más distinta ahora. Aunque hay similitudes, como que el PSOE gobernará en minoría y la investidura contó con el respaldo de los otros partidos de izquierda, los socialistas han enfocado su llegada al gobierno de forma diferente.

Un ritmo pausado

Cargos con cuentagotas. Dos días después de tomar posesión, el lunes 15 de junio, el entonces alcalde, Xulio Ferreiro, después de que su partido decidiese de manera unilateral que gobernaría solo, formó su gobierno y mantuvo una reunión con el director de la asesoría jurídica para que le explicase los casos judiciales que afectaban al Ayuntamiento. Casi de inmediato le anunció que le cesaría esa misma semana.

Le sustituyó Marta García, a la que Inés Rey aún mantiene en el cargo. La nueva alcaldesa ha evitado precipitarse a la hora de hacer nombramientos, y de hecho no formó su gobierno hasta el pasado martes día 25 cuando, tras una semana de negociaciones, se había confirmado que no se alcanzarían acuerdos de coalición con el BNG o la Marea Atlántica.

Sin unilateralismo

Apuesta por el diálogo. Lejos de retocar los salarios del personal de confianza en solitario, el PSOE ha abierto negociaciones con todos los grupos para decidir los sueldos de la corporación y el número de asesores que tendrán los grupos. Además, ha buscado la firma de acuerdos de mandato con el BNG, con el que lo ha alcanzado, y con la Marea, con la que siguen las conversaciones.

Pese a su preferencia por los acuerdos con el bloque de izquierdas, Rey ha subrayado que su partido no va a vetar ni al PP ni Ciudadanos, y desde su partido se insiste en que intentarán que todos los grupos dispongan de medios suficientes para hacer su labor en el Ayuntamiento.

Menos enfrentamiento

No a la «tierra quemada». Tanto Rey como sus concejales han subrayado que no harán política de «tierra quemada» con sus predecesores. Al contrario de lo que pasó en el 2015 y el 2011, cuando la Marea y el PP acusaron a los gobiernos anteriores de dejar al Ayuntamiento al borde de la quiebra, paralizaron sus proyectos en marcha o anunciaron su rectificación, como ocurrió con el carril bus, los socialistas han evitado en todo momento enzarzarse en broncas con las demás formaciones. Así, dejaron sin responder los ataques que les lanzó la Marea en las negociaciones de las últimas semanas, o los del PP en los últimos días.

El PSOE no polemizó con el gobierno anterior incluso cuando afrontó problemas claramente heredados, como el abandono del Remanso o la suspensión de los campamentos de verano.

Esa política de «amabilidad», como anunció la alcaldesa en su investidura, también se deja notar en las recepciones a colectivo de ideología distinta a la del PSOE, o a que A Coruña vuelva a estar representada, a través del primer teniente de alcalde, Juan Ignacio Borrego, en la Ofrenda del Antiguo Reino de Galicia.

Problemas inmediatos

La estabilidad primero. En ese contexto de cautela y búsqueda de la estabilidad política, la gestión del ejecutivo se ha centrado en los asuntos inmediatos, desde el tapiado del Remanso para evitar nuevos incendios a la coordinación del San Xoán. La propia alcaldesa asumió en persona la recuperación de los campamentos de verano, que se resolvió en unos días y facilitó que más de un millar de familias puedan conciliar tras el fin del curso escolar.

La prudencia sin embargo no está exenta del riesgo de ser confundida con inacción, y el gobierno local afronta importantes asuntos de trámite, como la organización de las fiestas de agosto, y de gestión, como la regularización de los servicios de limpieza, que apenas pueden esperar.