Mujer, juventud y personas solas, nuevos retos de la Cruz Roja de A Coruña

Rodri García A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

MARCOS MÍGUEZ

La entidad, con 16 bases en la provincia, atendió a 13.186 personas vulnerables

07 jun 2018 . Actualizado a las 11:46 h.

Un barco de papel. Rojo. Es la portada del folleto interactivo que resume las actividades de la Cruz Roja en la provincia de A Coruña durante el año pasado. Un barco desde el que durante ese período han lanzado salvavidas a 13.186 personas. Para más de la mitad de ellas es algo tan sencillo en apariencia como poder apretar un botón y recibir ayuda: la teleasistencia «que da unha gran tranquilidade a esas persoas pero tamén aos seus familiares», decía ayer Mercedes Casanova Díaz, presidenta provincial. Lo hacía después de indicar que tienen base en 16 poblaciones de la provincia «con dúas cabezas fundamentais, que son A Coruña e Santiago». Destacaba asimismo que cuentan con un grupo de voluntariado de 1.807 personas. Los socios, entre particulares y empresas, son 27.783, y la plantilla, 215 personas.

En ocasiones, la ayuda de la Cruz Roja es casi un sentimiento; ocurre con el acuerdo que tienen con el Deportivo, «dixéronnos que isto só o fan o Deportivo e o Barça», para ayudar a personas en el estadio. Cuentan como les pidieron que trasladaran a un abuelo que vive en una residencia y al que sus nietos le sorprendieron con una entrada para ir a Riazor: «Non sabía nin a onde ía», pero disfrutó a lo grande y «foi moi emocionante para todos, tamén para os voluntarios».

En cuanto al futuro, «temos importantes retos na área de maiores para seguir traballando neses proxectos de mellora das súas condicións de vida», adelantaba Casanova. Y avanzó: «Temos un proxecto interesante de saúde constante, que é o control de biomedidas das persoas no seu domicilio». Además, mejorar la atención a la infancia, «ás mulleres en situación de desigualdade e seguir profundando na área de emprego coas persoas que teñen máis dificultades de integración. En esas liñas de traballo nos moveremos».

La Cruz Roja sacará hoy a la calle en A Coruña 26 mesas para vender boletos del Sorteo de Oro, uno de los medios que les ayuda a financiarse.

«Los llevamos a una librería a elegir un libro, nunca lo habían hecho»

M. R.

La falta de trabajo afecta a veces a un colectivo vulnerable como es el de los jóvenes y para ellos funciona desde hace tres años la Escuela de Segundas Oportunidades. Clara Tello es la responsable de la iniciativa en la que participaron el año pasado 52 personas.

-¿En qué consiste esa escuela?

-El objetivo del proyecto es que jóvenes entre 16 y 29 años que están inscritos en el programa de garantía juvenil puedan seguir formándose a nivel académico. Eso quiere decir que o bien retomen sus estudios y se reincorporen otra vez al sistema educativo accediendo a la ESO o aquellos que han terminado la ESO y abandonaron los estudios en ese momento, pues que decidan también si quieren retomar el bachillerato o un ciclo formativo.

-¿Qué perfil tiene este colectivo?

-Son jóvenes que abandonaron la ESO en el segundo ciclo, que con 18 o 20 años no han terminado ni siquiera segundo de la ESO, y lo que hacemos con ellos es una atención individualizada para que puedan preparar los exámenes por libre.

-¿Trabajan solo la perspectiva educativa o alguna más?

-A este colectivo se le conoce como los ninis y como tienen falta de motivación y unas expectativas de la vida cuando menos complicadas pues también se trabaja para que vuelvan a encontrar motivaciones y actividades de interés. Una actividad que hicimos con ellos que tuvo mucho éxito fue llevarlos a una librería y que escogieran un libro de lectura. Nunca se habían enfrentado a esa tarea. Al principio todo era no, no, no y al final tenían que escoger si dejar el de Harry Potter o el libro de fútbol [risas] porque no tenían dinero para todos. Porque también se trabaja en economía doméstica y el chico tuvo que tomar una decisión que no está acostumbrado a tomar. 

«Poñemos en contacto aos usuarios para evitar que caian na soidade»

Cada día temos que facer máis esforzos para que esas persoas maiores non se atopen soas ou en situación de desamparo a través de medidas tecnolóxicas como pode ser a teleasistencia pero tamén reforzando a rede social que a rodea. Penso que esa vai ser unha liña prioritaria de traballo». Era o que dicía Mercedes Casanova falando das 858 persoas participantes en Enrédate. Carmen Reigía, coordinadora de actividades, detallaba que con este programa «intentamos fomentar que as persoas maiores non se aíllen, que teñan actividades».

-Como fan iso?

-Empezamos facendo cousas con eles e a finalidade deste programa é que entre eles acaben tendo unha rede social. Poñemos en contacto a todos os nosos usuarios para que entre eles queden, que se chamen e ao final conseguir paliar esa soidade que poden ter as persoas maiores hoxe en día nos seus domicilios. O perigo é que o gran número de persoas que viven soas ao final acaban aílladas.

-Como conseguen que se conecten entre eles?

-Empezamos facendo chamadas, intentando que participen en talleres e ao final con esas actividades conseguimos que entre eles empecen a facer piña, que queden para tomar café, que se chamen entre eles e, así, que empecen a facer unha rede que os apoie no día a día.

-Neste caso fan de mediadores...

-Ao final a nosa misión é dinamizar un pouco esas vidas pero sempre respectando as decisións individuais.

-Ten algo que ver este programa co de teleasistencia?

-É distinto. É complementario, porque neste programa de Enrédate hai persoas que teñen teleasistencia e outras que non, que simplemente son persoas maiores.