Otra inteligente gamberrada

Miguel Anxo Fernández

A CORUÑA

«Deadpool 2», la nueva entrega de cine de superhéroes, sorprende con una secuencia espectacular tras los títulos de crédito

05 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Si hace un par de años, el primer filme entró como un obús en el universo del cine de superhéroes, esta segunda entrega va en la misma línea aunque subiendo unos peldaños en el termómetro gamberro. No discrepará este crítico con quienes consideran que el granero del cómic amenaza con provocar empacho -¿por ejemplo, alguien recuerda a cuantos títulos asciende la franquicia de la que esta es pariente, X-Men y su derivada Lobezno?-, sobre todo en Casa Marvel. Pero el padrino de Deadpool, el actor y coproductor Ryan Reynolds, supo ver una oportunidad en este personaje creado en los años 90 del pasado siglo, un antihéroe, malote, de rostro desfigurado y peculiar sentido del humor.

Si la primera película costó la risible cifra de 60 millones para recaudar casi 800 en todo el mundo, la segunda lleva camino de superar esa cantidad. Y aunque a primera vista pudiera parecer más de lo mismo, ahora se han gastado el doble en la producción. Una gamberrada descomunal que apuesta por la incorrección, que se cierra con las, quizá, mejores secuencias posteriores a los títulos finales en esta clase de filmes. Si hasta ahora, después de los créditos, dejan siempre una escena anticipando la siguiente entrega, aquí es una secuencia con un redondeo desternillante. Por supuesto que no puede renunciar a los ingredientes más queridos al género, con peleas, destrucción a mazo y una sinfonía digital que se lleva buena parte de la pasta, pero a cambio se sostiene sobre un guion chisposo, unos diálogos cargados de referencias y buscando la complicidad del público -«yo por mi hija, mato»-, con gags -quizá chistes- realmente logrados. Con la estética cómic, los guiños contraculturales y alguna propina a mayores.

En la trama, Wade Wilson, junto a su peculiar grupo X-Force, se propone salvar a un chaval mutante, del expeditivo Cable, un tipo que viaja en el tiempo y al que viste con soltura Josh Brolin. Va muy suelta de ritmo, algunos tramos de acción llegan a ser originales y, sobre todo, garantiza espectáculo. No hay que ser un genio para aventurar que en el corto plazo veremos otro Deadpool. Es una mina.