El sueño de dotar de cerebro a los robots

beatriz antón FERROL / LA VOZ

A CORUÑA

JOSE PARDO

Investigadores de la UDC culminan un proyecto para que las máquinas sean capaces de aprender por sí mismas

20 mar 2018 . Actualizado a las 23:54 h.

Está claro que los robots nunca podrán tener corazón ni sentimientos, pero, ¿y un cerebro para poder aprender por sí solos y adaptar su funcionamiento a diferentes circunstancias? Los investigadores del campus de Ferrol están convencidos de que sí y ya lo están demostrando a través de su participación en Dream, un ambicioso proyecto de investigación europeo en el que trabajan junto a científicos de otras cuatro instituciones académicas de la UE: la Universidad de Ámsterdam, la Sorbona y el Politécnico de París y la Universidad de Edimburgo.

En el trabajo, que comenzó en el 2015 y culminará a finales del 2018, participan nueve investigadores del Grupo Integrado de Ingeniería (GII), capitaneados por el profesor Richard Duro, quien explica que el objetivo del mismo se centra en desarrollar «arquitecturas cognitivas» para que los robots puedan aprender por sí mismos a lo largo de toda su vida. «La mayoría de los robots están programados para hacer una tarea específica, pero ahí se quedan. Si quieres que hagan otra tarea, los tienes que volver a programar y lo que nosotros buscamos es que puedan contar con un modelo de aprendizaje para aprender por sí mismos. No se trata de programar el conocimiento, sino la forma de adquirir el conocimiento», explica Duro. 

De forma progresiva

Según apunta el profesor, la investigación allana el camino hacia una nueva generación de robots, que estarán dotados de capacidades cognitivas para aprender nuevas tareas de forma progresiva -desarrollando habilidades complejas a partir de otras más sencillas- y a través de la información que obtienen de su interrelación con el entorno. «En el proceso de aprendizaje de los seres humanos, la fase del sueño juega un papel muy importante, porque es ahí cuando el cerebro procesa, selecciona e integra todo la información que recibe del entorno durante el día y creemos que ese mecanismo se puede aplicar también a los robots», indica.

Aunque los robots no sueñan, los investigadores creen que sí se puede aprovechar sus momentos de desconexión para «consolidar» todo lo aprendido. De ahí que a la iniciativa se le bautizase como Dream, que en inglés significa sueño y que también se corresponde con las siglas del nombre del proyecto (Deferred Restructuring of Experience in Autonomus Machines)

Esto que suena a ciencia ficción se puede comprobar en vivo en uno de los laboratorios del edificio de Talleres Tecnológicos del campus, donde el GII cuenta con un robot Baxter para realizar experimentos con el objetivo de comprobar la efectividad de esos nuevos modelos de aprendizaje para autómatas. Entrenado para ser capaz de aprender, este robot no solo puede realizar la tarea para la que fue programado, sino que, basándose en sus habilidades y su experiencia, ha desarrollado otras más complejas en función de cada circunstancia. Así, el robot es capaz de coger un objeto e introducirlo en una cesta situada a una determinada distancia, pero también lo puede hacer si se cambia la ubicación de ambos elementos o si se le pone un obstáculo delante. 

Medio millón de euros para el equipo ferrolano

Los nueve investigadores de robótica y computación del equipo ferrolano han conseguido una ayuda de 500.000 euros para su trabajo, en el marco de un proyecto que cuenta con casi cuatro millones de euros de la iniciativa Horizon 2020 del programa europeo FET (Future and Energing Tecnologies). Dream supondrá un «pasito» más en la investigación de las capacidades cognitivas de los robots. «En ciencia, cada trabajo es un pequeño paso, pero pasito a pasito se logran grandes avances», advierte Richard Duro.