Estos son los pasos de peatones más peligrosos de A Coruña

Eduardo Eiroa Millares
E. Eiroa A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

Situados en curva, con semáforos tapados o sin visibilidad, ponen diariamente en riesgo a los viandantes. ¿Conoces alguno más? Envíanoslo a lavoz.coruna@lavoz.es

07 feb 2018 . Actualizado a las 12:18 h.

Poco después de las nueve de la mañana Nuria asoma la cabeza bajo el viaducto de la avenida del Ejército como quien se asoma a un precipicio, es la única forma de tener cierta perspectiva del tráfico que se avecina. Delante de ella hay un paso de peatones, pero a nadie que conozca la vía se le ocurre cruzar sin pensarlo dos veces. «Es que no ven, si pasas sin mirar te llevan por delante», cuenta antes de seguir, con la mochila a la espalda, hacia el gimnasio de San Diego. A unos metros de allí el Ayuntamiento movió hace unos meses otros dos pasos en los que los peatones se jugaban la vida. Ese sigue igual. Es uno de los más peligrosos de la ciudad, cuenta Antón Louro, director de la consultora Fisegvi y vicepresidente de la Asociación Española de Investigadores de Accidentes de Tráfico.

Especialista en seguridad vial, imparte clases de esa materia a distintos colectivos y a todos ellos, allá donde vaya, pone siempre dos ejemplos de pasos mal puestos para los peatones: el de San Diego, cuenta, y el situado frente a la Policía Nacional en la Avenida do Porto. Este último tiene problemas, digamos, estacionales. Cuando llega la primavera y los árboles no han sido apropiadamente podados -algo frecuente- cubren las luces de los semáforos. El conductor no ve su rojo, pero el peatón sí ve su verde y cruza. 

Sin ver a quien cruza

Louro cita otros tres en su lista, pasos que llevan años en el mismo sitio y que sufren problemas de diseño que los hacen peligrosos. El situado frente al jardín de San Carlos es un clásico: está en una curva. Quien va por la acera del lado abierto, ve, pero quien va por la otra ni ve al coche ni el coche lo ve a él hasta que está encima.

El problema de los pasos de peatones es, sobre todo, el de la visibilidad reducida. Cuantos menos campo de visión tengan caminantes y conductores, más peligro. Así, Stop Accidentes consiguió hace años que se sacaran los contenedores de basura que antes se ubicaban junto a los pasos, porque un niño detrás de uno de ellos no era percibido desde un coche. Se mejoró, contaba la presidenta da la entidad, Jeanne Picard, pero aún queda mucho por hacer.

En el listado de Louro figura también el semáforo de la Casa del Mar con Ramón y Cajal. Es un clásico del despiste: los peatones tienen la luz en verde y los coches, en ámbar, en curva e incorporándose a otra vía. Los frenazos son algo más o menos frecuente. También lo son en A Grela, en un punto de la ciudad donde hay que pensárselo dos veces, sobre todo en hora punta, porque allí para llegar a la mediana hay que pasar cuatro carriles, dos de ellos de incorporación, y los conductores están mucho más pendientes de encontrar el hueco por donde colarse que de parar frente a las líneas blancas donde, además, no es frecuente el tránsito de caminantes, por lo que muchos de los que están al volante no prevén encontrar a nadie delante y se confían.

Casa del Mar. El ámbar para coches con verde para peatones generó más de un susto en la entrada de Ramón y Cajal.
Casa del Mar. El ámbar para coches con verde para peatones generó más de un susto en la entrada de Ramón y Cajal. ANGEL MANSO

Son cinco ejemplos, pero Louro asegura que en la ciudad hay muchos más. Sin la suficiente visibilidad, indica, no es posible prever qué hará el que viene de frente y así el riesgo de accidente aumenta. En esos siniestros los peatones son los que se llevan la peor parte. En la ciudad hay 3.018 pasos. En los último dos años se pintaron, según el consistorio, más de un millar y hay decenas en agenda. Con todo, queda mucho por hacer, no solo en pintura, sino en reubicación y diseño.