Y usted, ¿es un buen peatón?

Mila Méndez Otero
mila méndez A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

Marcos Míguez / Mila Méndez

Cruzar sin mirar y no frenar son dos de las imprudencias más frecuentes a la hora de atravesar una calle transitada

07 feb 2018 . Actualizado a las 12:00 h.

Diez minutos. Ese es el tiempo que dedicamos a cada uno de estos pasos de cebra. La conducta de los transeúntes difiere mucho entre las carreteras más importantes y aquellas vías que se podrían considerar como secundarias. Es el caso de la ronda de Outeiro. Cada día la cruzan a lo largo de sus cuatro kilómetros y medio de longitud miles de personas. Elegimos el paso situado a la altura del CEIP Sagrada Familia. Una persona con una discapacidad y en silla de ruedas necesita dos paréntesis en verde para atravesarlo.

MARCOS MÍGUEZ

Los que se aventuran a pasar en rojo son minoría. Los coches circulan rápido aquí, muchas veces más de lo permitido. También regulado por las señales luminosas está el paso de la calle Vicente Aleixandre en su intersección con la avenida de Monelos. A esta altura hubo un atropello mortal hace menos de un año. Un hombre de 73 años fue alcanzado por un vehículo. Él no cruzó por el cebreado. El trágico suceso, todavía muy presente, no disuade a los más imprudentes. «Pasamos cando nos parece. Eu procuro respectar pero depende do día. Imos apurados, co móbil...», reconoce un vecino.

En la calle de la Torre la afluencia de gente es constante. Sobre todo, donde desemboca en la plaza de España. «La gente se lanza y al coche no le da tiempo a parar. Yo prefiero esperar a que pasen, no tengo prisa», asegura Eduardo, un residente ya jubilado. 

Coches que no frenan

Otros vecinos se quejan de que los coches apenas aminoran cuando se acercan a la zona marcada, «como si no existiese», se escucha. «Este es el punto más concurrido de A Coruña», resalta un hombre. Se refiere al cebreado, no dibujado en la calzada, que separa el Obelisco de la calle Real. Coches en carga y descarga restan visibilidad. «Aquí ningún conductor ve la señal informativa», protesta otro. «La culpa, en un 75%, es nuestra», reconoce al momento. La educación vial, asiente, compete a todos.