«No se puede permitir que haya otro más»

E. E. A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

MARCOS MÍGUEZ

Los vecinos y los partidos de la oposición urgen al Ayuntamiento a tomar medidas después de la segunda muerte en menos de un mes en la Marina, en una zona sin vallar pegada al mar

02 abr 2017 . Actualizado a las 10:11 h.

Si tras la muerte el pasado día 3 de marzo del joven de Mesía Manuel Rodríguez en la Marina fueron muchas las voces que exigieron medidas de seguridad para cerrar el cantil, en el puerto, al lado de la zona peatonal y de ocio, ayer, tras la aparición el viernes del cuerpo sin vida del actor eumés Mateo González, las peticiones se multiplicaron. Van dos víctimas mortales en el mismo sitio y en menos de un mes, y tanto las entidades vecinales como los partidos políticos urgen a aplicar medidas para mejorar la seguridad e impedir nuevas tragedias.

«Son dos en muy poco tiempo se tienen que tomar medidas ya, eso está demasiado cerca de la zona de movida, es urgente hacer algo. No se puede permitir que haya otro más», decía ayer la presidenta de la federación de asociaciones vecinales, Luisa Varela, que además no apunta solo al espacio portuario limítrofe con los locales de ocio nocturno. «A mí me da miedo ver a los niños sueltos por allí, puede pasar cualquier cosa porque los pequeños son impredecibles», cuenta sobre la cercanía de la zona infantil al cantil. Aunque el parque está vallado, muchos menores juegan y andan en bici a su alrededor.

«Para los niños a lo mejor una barandilla de cristal estaría bien. En cuanto a la nueva tragedia, es algo que no me cabe en la cabeza», decía el presidente de los hosteleros del área, Antón Sáez. El presidente de los vecinos de la Ciudad Vieja, Pedro Roque, que en principio no estaba de acuerdo con cerrar el cantil, ayer veía las cosas de otra manera, aunque apelando a la prudencia y a saber primero con exactitud qué pasó en el caso de Mateo González. «Alguna medida sí que habrá que tomar. Una valla puede evitar una caída, o a lo mejor se puede delimitar mejor ese espacio o poner más iluminación», señala. 

La oposición

Todos los partidos de la oposición pidieron también que se haga algo en la Marina para evitar más siniestros. «En dos años han gastado toda su energía en enfrentamientos institucionales con el Puerto y han sido incapaces de instalar unos bancos. Urge analizar con los técnicos qué medidas hay que tomar, porque en el proyecto y obra de humanización podrían incluir una barandilla o cualquier otro elemento, pero llevan años sin hacer nada», decían ayer desde el PP. Recuerdan además los populares que existe un convenio del 2014 entre el Puerto y el consistorio -el espacio es de titularidad portuaria, pero la reforma de la Marina la promovió el consistorio-, según el cual «el Ayuntamiento asumía las competencias de movilidad, mantenimiento y seguridad de ese espacio», y aseguran que es al alcalde y a su equipo a quien corresponde «tomar decisiones sobre el plan de usos», y que para ello «cuentan con un proyecto que ellos mismos han contratado».

Desde el PSOE, su portavoz, José Manuel García, apuntaba que las decisiones hay que tomarlas «desde la serenidad», pero urgía a «estudiar medidas de seguridad con los técnicos para evitar nuevos accidentes, medidas amables que convivan con un nuevo espacio de la ciudad que ahora y en el futuro va a tener un gran uso, y hacerlo pensando en el verano, pues habrá mucha más afluencia de gente en esa zona».

También el BNG se sumaba a pedir elementos que separen el nuevo lugar de esparcimiento del cantil. «Teño claro que alí hai que instalar algún tipo de varanda para mellorar a protección», reflexionaba su portavoz, Avia Veira.

Dos años sin actuaciones

El gobierno local de la Marea anunció hace casi dos años su intención de «humanizar» la Marina y de poner allí nuevo mobiliario, entre otras cosas bancos que harían también de barrera en algunos puntos para separar la línea del mar de la zona de tierra. Para hacer esa actuación, el consistorio solicitó permiso a la Autoridad Portuaria, que se lo dio por escrito hace 18 meses. Sin embargo, allí no se hizo nada. El 28 de agosto del 2015 llegó la solicitud del consistorio al Puerto para hacer reformas en la zona, entre otras cosas, para «instalar bancos y otros elementos con el objetivo de amparar el cantil». El 1 de septiembre el ente público daba luz verde a esa demanda sin que nunca empezaran los trabajos.

Tras el fallecimiento de Manuel Rodríguez se reabrió el debate sobre la seguridad, pero tampoco entonces María Pita planteó medidas urgentes y pospuso cualquier actuación a la cesión de los terrenos por parte del Puerto. «Non temos nin competencia nin responsabilidade niso», llegó a decir el concejal de la Marea Alberto Lema.

El Puerto insistió entonces en que nada tenía que ver la seguridad con la propiedad del suelo y ofreció otra vez al consistorio vía libre para mejorar las medidas de seguridad allí, insistiendo en que según el convenio del 2014 y según la legislación vigente, esa competencia era municipal. El organismo estatal es dueño del suelo, pero se trata de un espacio público y como tal ha de ser controlado por el Ayuntamiento y la Policía Local. La Policía Portuaria no tiene entre sus atribuciones controlar esas zonas.

Disputa política

La tragedia del joven de Mesía no dio paso a ninguna actuación. El Ayuntamiento no pidió permisos a la Autoridad Portuaria para actuar en la Marina, ni hubo contactos para hablar de la seguridad, pero sí insistió en que no actuaría mientras no le cedieran el espacio. Al frente del Puerto se encuentra Enrique Losada, elegido para el cargo por la Xunta del PP y con quien la Marea ha protagonizado sucesivos enfrentamientos desde el inicio del mandato.

El Puerto, que sí inició los pasos para esa cesión, no la completó porque María Pita le debe 4,8 millones de las obras de urbanización, aunque también insistió en que nada tiene que ver ese problema con las mejoras de seguridad. El consistorio, de hecho, tiene comprado mobiliario desde el 2015 para instalar en el área peatonal renovada de la ciudad -asegura el PP- pero no lo ubicó porque no quiso.

Por su parte, el Puerto reiteró ayer su total disposición a colaborar con el Ayuntamiento en la búsqueda de una solución a la seguridad.

Tras el fallecimiento de Manuel Rodríguez no hubo un diálogo sobre la seguridad y en todo caso, el alcalde habló de «solucións brandas», pero sin poner fecha y recordando que el puerto había estado desde siempre sin cierre y nunca había ocurrido nada. La segunda tragedia ocurrida en poco más de tres semanas sí parece haber cambiado las cosas y tanto el Puerto como el gobierno local hablan ya de buscar soluciones inmediatas. Ayer ninguna de las dos partes hablaban ya de la titularidad y las cesiones, y se verán mañana para afrontar la situación.