La tortilla que enamoró a la infanta Elena

Alberto Mahía ARTEIXO

A CORUÑA

La dueña de El Quinito, en Barrañán, recuerda la visita de la hermana mayor del Rey en el 2009

11 ago 2015 . Actualizado a las 21:40 h.

María Luisa Varela andaba como siempre atareada entre los fogones el día del Apóstol del 2009 cuando su marido entró en la cocina con el rostro congelado y le dijo: «ahí fuera está Elena». Sin más detalles. María Luisa se quedó como estaba. Cómo iba a imaginar ella que la Elena de la que hablaba era la mismísima hermana mayor del Rey. Miró al comedor y vio una figura delgada y alta. «Madre mía, si es la infanta», dijo con un grito. No se le acercó. Continuó atendiendo la cocina y de pronto le llegó la comanda de una de las mesas de esa terraza que tiene el Quinito con vistas espectaculares. Era la de la Infanta. Acompañada de su secretaria, pidió sardinas, pimientos de padrón y esa tortilla que hace María Luisa que hace perder el sentido.

Para saber como fueron aquellos momentos en el restaurante no hay mas que imaginarlo. Todas las miradas y comentarios se concentraban en la mesa real. Y en la que ocupaban los escoltas.

Cuando la infanta terminó de comer, le hizo saber al camarero que quería conocer a la cocinera que tan bien le había dado de comer y que si podía ir a la cocina a felicitarla. Faltaría más, le dijeron. «La vi entrar y me salió natural saludarla por el nombre. ??Hola Elena, cómo está??. Y le di un abrazo y ella me lo devolvió», recuerda María Luisa, que destaca la «gran educación y sencillez» de la hermana mayor del rey. «Me dijo que la comida le había encantado, que todo estaba riquísimo y que nunca había comido unas sardinas y una tortilla como la nuestra», presume orgullosa la propietaria del Quinito, uno de los templos gastronómicos de la comarca, con 40 años de vida. Tan nerviosa estaba María Luisa en aquellos momentos que ni se le pasó por la cabeza inmortalizar la visita real. Fue la infanta la que pidió hacerse una foto con el alma del Quinito y su esposo. La sacó la secretaria y le prometió que en unos días se la enviaría. Y así fue. Esa imagen cuelga desde entonces esplendorosa en un bar que enamora también a la realeza.

«¿Se perdió?»

¿Cómo fue a parar a Barrañán la infanta Elena? ¿Se perdió acaso? Nadie lo sabe, pero hay fundadas sospechas de que la culpa de que la hermana del Rey se presentase en El Quinito sin avisar la tiene Sandra Ortega, la hija de Amancio Ortega, que es fiel cliente. De hecho, cuando la infanta Elena visitó la playa de Arteixo coincidía con su participación en el torneo internacional de Hípica de Casas Novas.

María Luisa muestra la foto que guardan como recuerdo del paso de la infanta por su restaurante