«Non me deixan mandar moito, facemos o que podemos»

A CORUÑA

09 jul 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

No se habló de acuerdos en María Pita, solo fue una primera toma de contacto para conocer sus necesidades, pero la visita del alcalde, Xulio Ferreiro, y la concejala Silvia Cameán ayer a la institución Padre Rubinos dio un titular que bien podría tener doble sentido. «Non me deixan mandar moito, facemos o que podemos», explicó Ferreiro, a una usuaria de la residencia a la que fue presentado como máximo mandatario municipal. Había expectación en el centro por la presencia de los representantes locales y, durante un recorrido que duró una hora y media, les mostraron la mayoría de los servicios de una institución que tiene sellados varios acuerdos de prestación de servicios, como la escuela infantil o el programa calor café, con el Ayuntamiento.

Tímidos aplausos, muchos saludos e incluso los lloros de los niños de la guardería -asustados por la entrada de cinco reporteros gráficos y un cámara de televisión para retratar al regidor- fue lo que acompañó la visita en la que Ferreiro y Cameán eran informados de lo que allí se hace y también de las peculiaridades que tienen los distintos colectivos que se atienden.

Solo una de las usuarias se atrevió a hacer peticiones. Una de las mujeres que hacía gimnasia en la piscina terapéutica, que se reconoció seguidora del Deportivo como el alcalde, le conminó a que interceda ante la Compañía de Tranvías para que sitúe una parada de bus más cerca de la residencia. «No cuesta nada», puntualizó, quizás para conseguir puntos para su demanda en un momento en el que la Marea se queja de cómo el PP dejó las arcas municipales.

Lo hizo justo después de que el alcalde tuviera que justificarse ante los mayores por su juventud, una cuestión que resolvió dándole entrada a que se fijaran en Cameán. «A concelleira é máis nova», dijo sin perder la sonrisa.

Tanto Ferreiro como Cameán mostraron sus interés por distintas cuestiones, desde cómo se presta el servicio de comedor, al uso de energías renovables en el inmueble, el aprovechamiento de la huerta que hay en el exterior y también si es posible la convivencia en las habitaciones de parejas, el trasvase que hay entre los usuarios de la institución o los períodos en los que pueden utilizar los servicios.

La visita, en la que estuvieron acompañados por el presidente de Padre Rubinos, Eduardo Aceña, no dejó rincón sin ver. Hasta fueron conducidos, obviando el carácter laico que da la Marea Atlántica a su gestión, a la capilla del centro. Había oficio religioso, lo que les impidió entrar, pero asomados desde la entrada Ferreiro reconoció que «está mellor que moitas capelas da Coruña».