Acusan a un arteixán de pegar a su mujer cuando esta lo sorprendió con otra
A CORUÑA
La Fiscalía, que sostiene que no era la primera vez que la agredía, pide para él una pena de 4 años y medio de cárcel
03 abr 2014 . Actualizado a las 07:00 h.El hombre estaba en la casa con otra mujer cuando su esposa apareció. No bajó la cabeza ni pidió perdón. Al contrario. Cuando su esposa le reprochó la traición, aquel comenzó a insultarla y luego le soltó empujones, patadas y puñetazos por todo el cuerpo para alejarla de la habitación donde se encontraba su amiga. La mujer solo pudo defenderse lanzándole una panera de mimbre y algún manotazo. Así describió los hechos la víctima y la Fiscalía los hace suyos para culpar al hombre de un delito contra la integridad moral y tres de lesiones por los que pide que sea condenado a cuatro años y medio de prisión.
Es cierto que cuando sucedió el episodio anterior, el que terminó por envenenar de muerte la relación, ya no estaban bien las cosas entre ellos. Meses antes, según el escrito de calificación de la acusación pública, decidieron poner punto y final a su idilio tras mil humillaciones y algunos golpes. Pero llegaron al acuerdo de continuar juntos toda vez que la situación económica de ambos les impedía coger caminos distintos y se vieron obligados a continuar la convivencia. Que fue a peor.
Relata la Fiscalía que procesado y víctima contrajeron matrimonio en el 2002. Y durante el tiempo en que permanecieron juntos, el acusado «tuvo un comportamiento violento física y verbalmente hacia ella», según la acusación. «No faltaban las humillaciones -continúa el fiscal-, desvalorizaciones y episodios de violencia psicológica, con descalificaciones e insultos para denigrarla, tratándola de loca, ignorante y cerda, siendo habitual que arrojase objetos al suelo para atemorizarla al tiempo que le decía que la iba a matar». En alguna ocasión, la víctima tuvo que buscar refugio en casa de vecinos.
En público
La conducta del acusado -siempre según la Fiscalía- se agravó en el 2011. A finales de aquel año viajaron a Oviedo y en una cafetería, supuestamente, la cogió por la mandíbula con fuerza en presencia de una amiga en común al tiempo que le gritaba. Días después, en un bar de Arteixo y en compañía de amigos, volvió a hacer lo mismo cuando la víctima le reprochó el mal gesto que había tenido con ella en Oviedo.