Tristán e Isolda, amor trascendido en muerte

antón de santiago

A CORUÑA

Westbroek debutaba en el rol de Isolda: causó excelente impresión

30 sep 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Para conseguir esta milagrosa función, dadas las circunstancias económicas, era imprescindible contar con la Orquesta Sinfónica de Galicia, que tuvo una de sus mejores actuaciones, incluidos sus formidables solistas y familias. Wagner trasunta el drama en la orquesta, vehículo singular del poema dramático buscado. Riqueza de ideas descriptivas, emotivas, identificativas, que el experto Elihau Inbal supo canalizar.

El apartado vocal tiene sus exigencias: voces amplias, extensas y sentido dramático para un canto eminentemente declamatorio. E. M. Westbroek debutaba en el rol de Isolda: causó excelente impresión en todas sus largas intervenciones, aunque pareció fatigada al final. S. Gould, con puntuales dificultades en el agudo, mostró voz de color atractivo y ofreció hermosas frases en el inspirado dúo de amor del segundo acto. J. Rasilainen estuvo cabal en el rol de Kurwenal, en tanto que G. Saks, como Marke, estuvo muy creíble en el difícil monólogo de admonición a Tristán. I. Vermillion, muy correcta como Brangania, y cumplieron Quiza, Corujo y Sanmartín. Solvente la prestación del coro de hombres de la Sinfónica de Galicia. El público vibró y, entusiasta, ovacionó a todos largamente.

61. º FESTIVAL DE ÓPERA DE A CORUÑA.

«Tristán e Isolda», de Wagner.

Intérpretes: Westbroek, Gould, Vermillion, Rasilainen, Saks. Orquesta y coro de la OSG. Director: Elihau Inbal.

No es la primera vez que el público coruñés tiene una exultante experiencia emocional con obras de Wagner. Y ha vuelto a suceder en el 61.º Festival de Ópera de este rincón del noroeste, con una ópera de especial trascendencia: Tristán e Isolda, fruto de las obsesiones amorosas del propio Wagner, que aunque se sujetó vitalmente hasta el final a Cósima Liszt, idealizó a la poetisa Matilde Wesendonk, esposa del banquero protector, y basándose en la historia medieval de Isolda y Tristán configuró a medida una tragedia de amor trascendido en muerte. Wagner se redime a sí mismo con su música.