Poesía embotellada para el paralelo 49

Dolores Vázquez A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

16 ago 2013 . Actualizado a las 23:33 h.

La literatura gallega viaja más allá de las ferias literarias y los encuentros de creadores. Hay quien apuesta todavía por métodos tradicionales y menos costosos que las vías de transporte habitual. In nave civitas, un colectivo literario que se autodefine como «nacido baixo o amparo de Santo Amaro e os nosos señores Urbano Lugrís, Álvaro Cunqueiro, Avilés de Taramancos e Xurxo Souto» y, menos poéticamente, como un grupo surgido de un taller literario, ha optado por el mar como medio para distribuir sus creaciones y por el momento han llegado las primeras a las costas irlandesas.

Sus envíos hacia lo desconocido -entre los que había poesía, cuentos y pinturas- partieron en botellas desde el paralelo 49, donde comienza el Gran Sol, a primeros de año.

«Decidimos botalas a primeira semana de xaneiro, cando rematamos o obradoiro literario con Xurxo Souto e había ventos do suroeste todos eses días, ían ir para a zona de Ferrol, e optei por pedirlle a un amigo que ía co seu barco ao Gran Sol que os ceibara ao chegar o 49°», explica Xosé Iglesias, uno de los integrantes de In nave civitas y poeta que publicará próximamente su primer libro.

Su creación Transfusión oceánica, que fue un fenómeno viral tras recitarlo en su barco Primero Villar y colgarlo en Internet, fue encontrada en abril por un irlandés llamado Kevin que ha decidido ahora mandarle un correo para mantener contacto. Su lector encontró la botella en Mason Island, en la costa oeste de Conemara.

«Poemas navegando polo océano soa romántico verdade?», comenta Iglesias, que al igual que sus compañeros espera el desenlace de todos los envíos.

La primera creación en llegar, un 23F, fue la de Xurxo Gago y también fue a parar a manos irlandesas, quizás guiados por ser unos vecinos próximos ya que algunos señalan que es esa la tierra que se puede divisar desde lo alto de la torre de Hércules los días sin niebla. En su caso, llegó a la costa de Galway. «Xa chegou a miña botella poética a Irlanda. Os ventos, as correntes e as ondas salgadas empurraron os nosos versos cara a máxica patria celta, seica o fillo de Breogán quere ler os nosos poemas...», comentaba Gago, sobre la recepción de su poema dedicado a O Grelle al resto del grupo dándole ánimos de que sus creaciones llegarían también a otras costas. «A miña confío que chegue o mar dos Sargazos como pouco, pois dentro entre outras levaba un debuxo do cadro de Lugrís ó mar dos Sargazos», comentaba ilusionada Teresa Ramiro, otra integrante de esta nave-ciudad literaria.

Estas misivas partieron en botellas plásticas de gran dureza, reforzadas en algunos puntos con cinta aislante para que su previsible batir contra las rocas no dañara el recipiente que salvaguarda las creaciones y la mayoría siguen a la búsqueda de destinatario.