La eliminación del programa olímpico de la clase Match Race ha provocado que Támara Echegoyen y Sofía Toro inicien proyectos diferentes con la vista puesta en los Juegos de Río de Janeiro en el 2016. Mientras que la pontevedresa se ha decantado por el 49er, la coruñesa lo ha hecho por el 470. Por lo que verlas navegar juntas se volverá más complejo. Sin embargo, en el ánimo de las dos regatistas gallegas está no perder de vista la clase que las ha dado reconocimiento y prestigio tanto fuera como dentro del mundo de la vela. Para ello, deberán realizar a todo correr un ajuste preciso de calendarios.
«Me encantaría seguir haciendo Match Race, pero nuestros proyectos olímpicos nos impiden juntarnos todo lo que nos gustaría», reconoce Sofía Toro. «No quiero -destaca Támara Echegoyen- perder todo esto. Hemos conseguido un nivel competitivo que no deberíamos dejar que se tirase por la borda. Aunque, es cierto, que ahora será más difícil conformar la tripulación... No podemos fijarnos fechas a largo plazo, pero sí reunirnos sobre la marcha [sonríe]».
Por su parte, Lara Cacabelos que reside en Santander y que no se encuentra inmersa en ningún proyecto específico, recalca su disponibilidad para «apoyar al equipo cuando lo necesiten». El barco en el que regatean en las pruebas del circuito mundial cuenta con más eslora que el Elliot de seis metros en el que formaban Echegoyen, Toro y la asturiana Ángela Pumariega en Londres Por eso necesitan dos tripulantes más. «Lara [Cacabelos], Eva [González] o Mariana [Lobato] tienen mucho talento y así resulta más fácil acoplarse», dice Echegoyen.