Los vecinos y comerciantes denuncian los destrozos que causan los monopatines y la falta de limpieza del entorno
29 abr 2013 . Actualizado a las 07:00 h.La plaza del Humor no es capaz de encontrar la sonrisa a pesar del tiempo que ya lleva viviendo como un trocito de la ciudad lleno de alegría. Sus personajes, aquellos que en su día nos hicieron pasar ratos alegres, tampoco son capaces de mantenerse en paz.
Y es que hace unos años la plaza del Humor era arrasada una noche sí y otra también por los amigos del botellón. Castelao, Camba, Risco, Zipi y Zape eran mutilados sin compasión. Entre las quejas vecinales y el buen trabajo policial permitieron desalojar a aquellos vándalos de la zona de la plaza de San Agustín.
Pero el alejamiento de los enemigos de tan singular espacio fue un espejismo o como si se tratase de una broma pesada, porque su lugar fue ocupado, casi de inmediato, por otras personas que tampoco creen mucho en la sonrisa, o creen solamente en su sonrisa: son los aficionados al monopatín.
«La plaza del Humor es una tristeza», señaló un hostelero. «Mire cómo está el enlosado, sobre todo las piedras de las escaleras», subrayó. Están todas rotas, incluso el murete que separa la plaza de la calle: «Colocan una plancha de acero apoyada en el muro y suben con los patines sobre él», subrayó María Suárez, una vecina.
Las esculturas de la plaza del Humor también están mutiladas, sin nariz, sin los anteojos... «No, esos destrozos aún son de la época del botellón, llevan así cinco años», recordó Manuel Diz.
Los vecinos y comerciantes piden que se reparen los daños, pero también piden «que se vuelva al método de limpieza anterior, que utilicen detergentes y cepillos porque ahora solamente limpian con agua y el mármol blanco es negro», dicen.