El coleccionista de títulos

José M. Fernández

A CORUÑA

03 may 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Mourinho ya tiene su Liga. El coleccionista de títulos ya puede presumir en su palmarés de los triunfos en Portugal, Inglaterra, Italia y España. Nadie, ni jugador ni entrenador, ha conseguido el título en cuatro de las grandes ligas europeas; claro que tampoco nadie se ha sentado en el banquillo de equipos como el multimillonario Chelsea de Abramóvich, el Inter o el Madrid.

El título del conjunto blanco lleva, inevitablemente, la firma del entrenador portugués, del hombre que ha concentrado toda la atención mediática del club del que es entrenador, director técnico y portavoz.

El Madrid ha relegado a la segunda posición a un equipo de leyenda, a un conjunto que ha aunado el triunfo y el placer del fútbol. Y, además, lo ha hecho, superando todos los récords goleadores de la historia de la Liga. De otra forma no hubiera sido posible. Un enorme mérito.

Ahora, con el título en el bolsillo, Mourinho debería hacer un ejercicio de autocrítica, preguntarse por qué su imagen no admite términos medios. O adhesiones inquebrantables o furibundos ataques. O por los motivos que han convertido a equipo un grupo que no despierta más simpatías que las de sus incondicionales.

Su discurso y sus métodos no admiten otro resultado que no sea el triunfo. La victoria o el fracaso. Su poder ha sido tan omnímodo que la Liga lleva inscrito su nombre, igual que la Copa del Rey del 2011 o las dos semifinales consecutivas de la Liga de Campeones. Gana Mourinho, un palmarés envidiable, aunque menor que el de un Real Madrid que antes de su llegada ya reunía 31 ligas, 17 Copas o 9 Champions; menor, incluso, que las cuatro semifinales consecutivas, dos títulos europeos y otras tantas Ligas de un tal Del Bosque en cuatro años. Pero esos corren por cuenta del Madrid. Los últimos son de Mou, el técnico que solo entiende el éxito en la victoria. A partir de ahora, la exigencia será otra.