Una planta, algunas fotos, una radio y varias botellas de agua son las cosas más personales que Alejandra Pérez Máquez tiene en la alcaldía. Cambió una silla de la época de Carabel por otra más ergonómica y aunque los muebles son bastante clásicos, ella es más bien de líneas modernas. Su casa en Guísamo, diseñada por un primo arquitecto, «es cómoda, práctica y, sobre todo, fácil de limpiar», con amplios ventanales porque «no soporto la luz artificial». Se declara forofa del Dépor y todos los domingos ella y su hermana se van a Riazor. A pesar de que corren malos tiempos, ya se sacó el abono para la próxima temporada. Le gusta el folk y el pop y enciende su ordenador al mismo tiempo que la radio. Dice que tiene la mala costumbre de no irse de vacaciones.