El «Mar Egeo» continúa llegando al puerto en piezas

Emiliano Mouzo A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

Una empresa inició una nueva campaña de extracción del petrolero

04 jun 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

El 3 de diciembre de 1992 el Mar Egeo navegaba con unas 80.000 toneladas de petroleo en sus tanques con rumbo a uno de los pantalanes que la petrolera Repsol YPF tiene en el puerto de A Coruña. Un fortísimo temporal de viento, mar y lluvia le estaba acompañando en su maniobra de acercamiento al canal de acceso a la dársena coruñesa.

Aquellas difíciles condiciones climatológicas «aliaron sus fuerzas para convertirse en un auténtico huracán durante veinte minutos y en el momento en que el petrolero enfilaba con su proa el puerto», comentó un técnico. Veinte minutos fatales «que dejaron ciego al barco, sin rumbo hasta que encalló a los pies de la torre de Hércules», indicó esta fuente.

El Mar Egeo nunca llegó entero a su destino. Pero el petrolero continuó entrando en el puerto de A Coruña convertido en chatarra, grandes piezas de hierro que el mar se encargó de ir arrancando del casco hundido del buque tanque. Su extracción se realiza por etapas y acaba de comenzar una nueva. Un nuevo período que permite traer al Mar Egeo más cerca que nunca del lugar que hubiese sido su destino, al muelle San Diego, en las inmediaciones de los pantalanes de Repsol YPF.

A 30 metros de fondo

De los trabajos de extracción de los restos del petrolero se encarga un año más la empresa Desguaces Petrallo. Cuenta esta sociedad con la participación de uno de los buzos más experimentados en recuperaciones submarinas, Carlos San Claudio Santa Cruz, gerente de la compañía Recuperaciones Marítimas.

«Estamos trabajando a profundidades de entre veinte y treinta metros», comentó el hombre rana. Indicó que están enganchando piezas de 27 toneladas de peso «y las transportamos hasta A Coruña colgadas de la quilla de nuestro buque, el Mimar Cinco», subrayó. Y uno de sus retos para esta temporada es sacar del fondo el eje del timón del petrolero «de unas 40 toneladas de peso» y los motores auxiliares del petrolero. Lo difícil, reconoce, será sacar la máquina principal «si no nos dejan utilizar explosivos».