Uno de los vecinos de Cecebre que denunció públicamente esta tala, indicó que poco a poco la actividad forestal está menguando «unha das fragas máis singulares de Galicia». Explicó que este bosque no tiene una protección especial, aunque sí árboles autóctonos con un régimen de protección específico. En este sentido, el vecino comentó que hasta ahora las talas se limitaban a cortar pinos o eucaliptos, «o normal, pero cada vez vai a máis e o que hai que comprobar se se está autorizando a tala de castiñeiros e carballos». «É unha pequena masa forestal mixta que desaparece, nun entorno moi antropocizado e todo isto no declarado como ano internacional do bosque polas Nacións Unidas», comenta este particular.
De hecho, la fraga ha ido menguando de forma notable en los últimos 60 años, amenazada por el desarrollo urbanístico, la tala de sus árboles y el trazado del AVE. El Concello ha intentado adquirir terrenos en esta zona, con el apoyo económico de la Diputación, para intentar preservar este paraje natural en el que Wenceslao Fernández Flórez se inspiró para escribir, en el año 1950, El bosque animado.