Poesía

Ángel Padín

A CORUÑA

29 mar 2011 . Actualizado a las 12:22 h.

Entre la llegada de la primavera y del Día das Letras Galegas dedicado este año a un poeta de pura raza gallega como Lois Pereiro, las aulas de cultura, los teatros y los ambientes literarios se han llenado de poesía y por supuesto de poetas. No es mala cosa este mirar a nuestra imaginación y cultivar un género literario tan exquisito como la poesía, al tiempo que recogemos lo que aún algunos piensan de quienes se dedican al arte poético, opiniones no muy favorables como quien tilda al poeta de poseído por una especie de chaladura. O remontándonos al libro por excelencia de la literatura española, El Quijote, claro, cuando la sobrina del protagonista dice refiriéndose a las desgracias del caballero de la triste figura? «Lo peor, hacerse poeta, que, según dicen, es enfermedad incurable y pegadiza».

Yolanda Castaño, Manuel Rivas, Emma Couceiro y una larga lista de creadores gallegos hicieron gala de su sensibilidad y nos llevaron, a quienes amamos este género, a un mundo muy real pues ya se sabe, sabemos, que muchos pueblos solo alcanzaron metas a través de los poetas y estos últimos ensalzaron a sus países. Véase como ejemplo a Rosalía y su grito de «¡Terra a nosa!». Nos vienen a la memoria otros vates y otros nombres españoles. Los hermanos Machado. Me llevaré el llanto de las fuentes (Antonio); Mi voluntad se ha muerto una noche de luna (Manuel); Juan Ramón Jiménez: Se paraba la rueda de la noche?; Salvador Rueda: Canta tu estrofa, cálida cigarra; Quevedo, No he de callar? Silencio avises o amenaces miedo; Gutierre de Cetina, Ojos claros, serenos?

En suma, lo genial y lo exquisito, esa es la poesía. Decir como colofón que dos destacados vates de la tierra coruñesa, Blanca Andreu y César Antonio Molina recitarán esta semana en Madrid sus obras. Que siga la primavera.