El mundo empieza en A Baiuca

Susana Acosta? / ?Laureano López ARTEIXO/LA VOZ.

A CORUÑA

El Atlas de National Geographic sitúa a este lugar de Arteixo de primero por orden alfabético, mientras apenas aparecen referencias de él en el propio municipio

27 jun 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Si el mundo siguiera el orden alfabético Finisterre no sería el fin de la tierra conocida, el mundo empezaría en A Baiuca, en Arteixo. Al menos, según el orden marcado por el National Geographic Atlas of the World, en su octava edición. A Baiuca es la denominación con la que históricamente se conocía Arteixo y que, según el libro Arteixo, de onte a hoxe significa taberna.

Seguramente los jóvenes del municipio desconozcan que el centro de Arteixo comenzó en A Baiuca, pero hasta no hace muchos años para buscar en la guía telefónica un número de Arteixo había que hacerlo por la «a» de A Baiuca. Este simple gesto ofrece una idea de lo arraigado que estaba el nombre en el municipio, a pesar de que ahora cueste encontrar referencias a él.

La zona, que no ocupaba más allá de una calle, se sitúa en las inmediaciones de la casa consistorial. De A Baiuca, por ejemplo, es Arsenio Iglesias, cuya casa familiar todavía está en pie. Y en edificios con casas señoriales, que dan una idea de la importancia que tuvo para la localidad este antiguo centro urbano. En una de estas viviendas, precisamente, se encuentra un busto de piedra con dedicatoria a «Don Cándido Trasante Vicente, maestro nacional en este pueblo durante 41 años», encargada por sus discípulos y amigos.

Y es que A Baiuca fue el centro social por excelencia, de la sociedad arteixana del siglo XX. En la zona vivían maestros, médicos y había hasta un salón de fiestas a los que acudían mozos de las inmediaciones a echar unos bailes. Así lo recuerda Manuel Iglesias, de 71 años: «Tiñamos dous salones e viña xente de todas partes. E no verán facían o baile na pista do Balneario». Este carpintero relata que la de ahora «es muy distinta»: «Antes había catro casas, aínda que o centro sempre foi aquí», reconoce. Este vecino también explica que incluso había dos escuelas: «Unha de nenos e outra de nenas». Lo que sí echa de menos Iglesias es que ya no se conozca el nombre: «Eu prefería que se chamase A Baiuca porque Arteixo tamén é Lañas, Meicende... Arteixo é todo e A Baiuca solo é aquí».

De la misma opinión es Celia Varela. Esta simpática mujer de 77 años no entiende por qué se llama Travesía de Arteixo cuando toda la vida fue A Baiuca. De echo si algo había en esta zona era comercio y, sobre todo, panaderías. Precisamente, el abuelo de Celia fue uno de los panaderos más conocidos de la zona. De hecho, se conoce a toda la familia como los Amadeo, el apodo que en su día le pusieron a su abuelo: «Puxéronlle ese alcume porque era moi guapo», confiesa Celia.

La casa en la que vive Celia Varela fue propiedad de la familia Suárez Frige. Según cuenta, los propietarios eran también los dueños del Hogar de Santa Margarita y todos los años acudían a esta vivenda para pasar el verano. Pero Generoso, el abuelo de Celia Varela, que era negociante -además de político republicano- la compró y pasó a ser propiedad arteixana.

Lo de los bailes en A Baiuca, Celia los recuerda vagamente: «E que meu pai non me deixaba ir», alega. Solo su abuelo se lo permitía «ás veces» y acompañaba a Celia y a sus hermanos al conocido lugar. Pero sí hay algo que tiene claro Varela es que le encantaría que A Baiuca fuese «como era antes porque teño moitos recordos».

Y es que son muchos de los residentes de esta zona que echan de menos que la Travesía de Arteixo ya no se conozca por A Baiuca: «A ver se recuperamos o nome», aseguran mientras explican que los más veteranos de la localidad continúan utilizando esta denominación, a pesar de que entre los más jóvenes ya cayó en desuso: «Agora cambian todos os nomes e a xente olvídase de como se chamaban antes as zonas», explican.

Una plaza y dos callejones

También se quejan de que apenas existan carteles que conmemoren ese pasado. Lo más que se pueden encontrar son dos placas situadas en un par de callejones que llevan el nombre de Camiño y una pequeña plaza. Un recuerdo un poco vago para el intenso pasado que se vivió en la Travesía de Meicende en el siglo pasado y que queda reflejado en el Atlas de National Geografic, un volumen que se cierra con la localidad de Zywiec, en Polonia, la última por orden alfabético.