Reinserción al pie de la Torre

A CORUÑA

17 jul 2009 . Actualizado a las 11:39 h.

El nuevo centro de inserción social de A Coruña -que llevará el nombre de CIS Carmela Arias y Díaz de Rábago- empezará a funcionar a mediados de septiembre para relevar las dependencias de la vieja cárcel.

El edificio, impecable, tiene tres niveles, aunque sus poco más de siete mil metros cuadrados quedan enterrados entre las paredes de la antigua cantera de la Torre. El interior, teñido de blanco y crema, alberga más de 150 habitaciones -tres de ellas para minusválidos- y 300 camas para albergar otros tantos presos que apuran su última etapa de condena antes de reintegrarse a la sociedad.

Las habitaciones presentan una escueta decoración: literas cubiertas con una sábana azul, sillas de plástico, estanterías ancladas a la pared de aluminio y un plato de ducha.

No hay espacio para muchos lujos en un presidio que la secretaria general de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo, definió como «modélico» y que forma parte de una red de 19 centros similares en otras tantas ciudades de España.

Un comedor con capacidad para 80 personas, una sala de televisión con un aparato, una biblioteca, una sala de ordenadores sin conexión a Internet -por prescripción legal y por seguridad- y un gimnasio dotado con algunas pesas, tres bicicletas estáticas y alguna otra máquina de sencillo manejo son las concesiones al ocio que el nuevo edificio prestará a los «inquilinos» que pasen por él a partir del próximo mes de septiembre. «Serán inicialmente unos 146, que son los que ya están siendo atendidos en la vieja cárcel, además de 66 funcionarios», confirmaba Antonio Vázquez Prado, el director del centro, que regresa a la ciudad tras cesar hace escasos meses como responsable del penal de Teixeiro. Solo las rejas de las ventanas recuerdan el carácter carcelario de un edificio que también aporta varios talleres ocupacionales con los que facilitar un oficio a los interesados en currar .

Protesta

Mientras, un grupo de funcionarios protestaba ante las instalaciones precisamente por la masificación de las cárceles y en demanda de mejores salarios.