El progreso amenaza al último muiñeiro de A Coruña

Pablo Portabales pablo.portabales@radiovoz.com

A CORUÑA

10 dic 2008 . Actualizado a las 11:29 h.

Dos mundos. La casa de Perfecto Gómez Gómez esconde un molino propio del pasado y está rodeada de lo que llaman futuro. La Universidad y los nuevos viales van ganando espacio y, como si de la aldea de Astérix y Obélix se tratase, un grupo de casas resisten al avance de las máquinas en esta zona de Elviña de la que pronto solo quedará el recuerdo. Son dos mundos tan separados como unidos. «En total somos sete veciños», apunta Perfecto en el bajo de su vivienda, en cuya fachada cuelga una enorme pancarta en la que se explica la situación que vive y hasta se indica lo que le dan por todos sus terrenos, un total de 268.576 euros. «¿Que che parece?», pregunta con sorna. «Son 40 millóns de pesetas por todo, a casa, o garaxe, a nave... e toda a terra», dice. No es una expropiación más. Cuando la casa de este coruñés de 78 años sea demolida, se habrán terminado los muiñeiros en A Coruña. «Antes os había en A Moura, en Feáns, no Birloque e hasta en Monelos, pero agora só quedo eu», apunta entre sacos de maíz, harina y pienso. «Antes, cando era un rapaciño, a xente viña co millo da súa casa e cobraba por moelo. Agora non queda nada de iso. Eso sí, o compro en grao e o moo eu», explica. Al lado del molino siento que el tiempo está detenido, aunque de las paredes cuelgan carteles de las últimas fiestas de la empanada de Carral y los programas electorales de distintos partidos. Perfecto no sabe de política ni de políticos, solo sabe que a las puertas de su casa trabajan ya las palas excavadoras. «Sigo traballando e esperando a que esta situación se solucione», resume. Me despido del último muiñeiro. A apenas unos metros de su casa está la concurrida avenida de Alfonso Molina. Hay atasco en la civilización.

«El que la selló sabe de fútbol y es un quinielista de verdad. El boleto es de 64 apuestas, costó 32 euros y lleva 6 dobles», explican Antonio Regueira y Mercedes Rey , responsables de la administración de loterías del centro comercial Carrefour de la avenida de Alfonso Molina, donde se selló la quiniela con el pleno al quince que, con el premio acumulado de catorce, reportará a su poseedor más de dos millones de euros. «Hay que sumar unos 80.000 euros más porque también tiene 6 de 13, 10 de 12, 10 de 11 y 20 de 10», analiza Antonio.

«La gente me va a tomar por loco», dice José Manuel cuando le propongo contar su historia en el periódico. La tarde del pasado 13 de noviembre salió a la terraza su piso en la calle Castrillón, al lado de la avenida de los Caídos, para hacer una foto a la torre de telefónica. «Soy muy aficionado a la fotografía y me gustan los edificios», comenta este hombre que, a pesar de la afición, utilizó la cámara de su móvil N70, con lo que la calidad no es muy buena. «Ese día no vi nada, pero cuando algunos días después estaba viendo las fotos en el ordenador descubrí algo extraño», comenta. Lo que se ve en la foto que, repito, es de deficiente calidad, es la torre, una gaviota y una especie de mancha circular que, la verdad, podría ser cualquier cosa. «No tiene forma de avión, ni de helicóptero, ni es un globo», afirma. ¿Una anomalía de la cámara?, pregunto. «Una mancha tampoco es. Fíjate que entre la gaviota y el objeto hay mucha distancia, kilómetros, y, si te fijas bien y la amplías, se ve que es algo que irradia calor y hasta se aprecian unas ventanitas redondas», relata sin que pueda disimular mi cara de asombro. A José Manuel le pica la curiosidad y busca respuestas a su misterio volante, por lo que piensa enviar las fotografías al programa de televisión Cuarto Milenio, especializado en estos asuntos. ¿Habrá pasado un ovni por el Castrillón? «En temas de extraterrestres no voy a entrar, pero seríamos unos ingenuos en pensar que somos únicos. Creo que puede ser un proyecto estadounidense o algo así», sentencia mientras señala el lugar donde su cámara captó el misterioso objeto volante no identificado.