«Este libro no busca convertir a nadie, aunque los valores de la Biblia siguen siendo válidos hoy»

R. García

A CORUÑA

07 may 2008 . Actualizado a las 14:53 h.

«Giramos y giramos, envueltos en nuestra propia palabrería, en torno a lo que creemos, el sesudo problema del silencio de Dios». Así empieza uno de los poemas que la coruñesa Cristina de Llano escribe en su nuevo libro Sal de tu tierra. Oración contemplativa de pasajes bíblicos (Editorial CCS). El volumen es el quinto de esta licenciada en Historia del Arte, aunque el primer poemario que publica, y será presentado esta tarde, a las 20.15 horas, en la quinta planta del Centro Fonseca. Cristina de Llano se marchó a Sevilla a estudiar Historia del Arte pero acabó trabajando en lo que para ella es un pequeño paraíso: una biblioteca con más de 20.000 ejemplares en la que puede seguir con su pasión de siempre por la lectura, además de escribir, que es también otro de sus anhelos de siempre. Hasta ahora había publicado una obra de teatro, dos novelas, una de ellas ambientada en Sevilla, y un libro de relatos.

-¿Se puede decir que esta es una obra religiosa?

-Estos son poemas meditados al hilo de algunos pasajes del antiguo y el nuevo testamento; es una forma de hacer oración y en ese sentido tienen esa espiritualidad, son el resultado de mi lectura de esos textos y de mi meditación. Este libro no busca convertir a nadie, sino rescatar los valores más humanos que hay en cada uno de nosotros y ver que los valores que hay en la biblia siguen siendo válidos en la actualidad. Es un libro para los lectores de hoy.

-¿Para cualquier lector?

-Sí, porque cada persona puede hacer su propia lectura, es una puerta abierta por la que cada uno entra como quiere. Lógicamente tiene el enfoque de una persona creyente pero hay alguna gente joven que ya lo ha leído y, sin ser creyentes, me dicen que les ha gustado.

-¿Tardó mucho en decidirse a publicar poemas?

-Escribía poesía desde hace mucho tiempo, pero para mi, porque me parece que es algo muy íntimo. Las personas que vieron estos poemas antes de publicarlos me dijeron que no podía tenerlos guardados, que tenía que hacer un libro. Se lo presenté a la editorial de los salesianos y, sin duda, me dijeron que sí.