«Es todo falso, yo no lo conocía»

A CORUÑA

Una pareja de Paderne fue juzgada por cinco denuncias falsas de ella a un amigo de su novio acusándolo de agresión sexual

27 mar 2017 . Actualizado a las 19:00 h.

Las vistas orales de los juicios están protagonizadas en ocasiones por gentes atormentadas que parecen vivir una pesadilla. En el caso de la celebrada ayer, durante casi tres horas en el Juzgado de lo Penal número 5 de A Coruña, tenía todos los elementos de un drama rural. Los hechos juzgados empezaron en los meses de julio y agosto de 2002 cuando Cristina Blanco Gabín presentó en la Guardia Civil de Betanzos cinco denuncias por agresiones sexuales contra Juan Ángel Lendoiro Cal, un amigo de su novio. Esta mujer y su ahora ex pareja, F. J. C. N., están acusados por el ministerio fiscal de un delito continuado de denuncia falsa.

Tras la vista oral, el ministerio público modificó la petición inicial de condena, reduciendo a la mitad la que solicitaba en principio para Cristina Blanco, fijándola en un año de prisión y 12 meses de multa a razón de 6 euros por día. La fiscal mantuvo la petición de dos años de prisión y multa de seis meses a razón de 12 euros diarios para J. C., manteniendo así su valoración inicial. En cuanto a la indemnización de 12.000 euros para el denunciado, otra de las peticiones de la fiscal, fueron ingresados en su totalidad por Cristina Blanco.

Tratamiento psiquiátrico

La mujer, la primera en declarar, fue contundente: «Es todo falso, yo no lo conocía de nada, solo por Javier (el novio)». En varias ocasiones afirmó: «Javier era el que me mandaba denunciarlo porque sino me dejaba y yo no quería que me dejara; Javier era el que me decía todas las circunstancias». Cristina Blanco insistió en que no quería hacerle daño al denunciado y explicó que en esa época «estaba a tratamiento psiquiátrico en Paderne». Detalló que cuando estaba embarazada de cinco meses su novio se marchó «y nunca vino a reconocer a su hijo, que es suyo y si no es por mis padres ahora estaría en la calle».

J. C. negó que él fuera el instigador de las denuncias y afirmó que alguna vez la había acompañado a presentar las mismas, que a Cristina «la quería muchísimo» y que le había molestado que un día Juan Ángel Lendoiro le puso una mano en el hombro «no me gustó nada y le pedí explicaciones».

Juan Ángel Lendoiro negó cualquier relación con Cristina Blanco, reconoció aquel gesto «pero estaba alí toda a pandilla e foi unha broma». Recordó que la Guardia Civil le había detenido en su casa «o día da festa do patrón, con moitos invitados alí». Desde entonces siempre andaba acompañado para que no pudieron acusarlo de nada; a pesar de ello una de las denuncias fue presentada cuando estaba hospitalizado tras un accidente de tráfico y otra, según uno de los guardia civiles que declaró, mientras estaba en el cuartel de Betanzos.

Varios agentes afirmaron que en las denuncias la mujer «parecía inducida» por la persona que le acompañaba, mientras un amigo de C. dijo que este «estaba obsesionado con Lendoiro y me dijo que tenía un plan y que se lo iba a pagar».

Los informes de los peritos psiquiatras detallaron que Cristina Blanco sufría un síndrome depresivo, así como su carácter débil, la «dependencia muy fuerte de su pareja» y un coeficiente intelectual muy bajo.