Un periodista histórico

Carlos Fernández A CORUÑA

A CORUÑA

Barreiro fue director de La Voz, escritor y académico. Desde 1968, da nombre a una calle de A Gaiteira

25 nov 2004 . Actualizado a las 06:00 h.

Fue durante un cuarto de siglo director de La Voz, así como académico y presidente por varios años de la Asociación de la Prensa de A Coruña. También ejerció como enviado especial en relevantes acontecimientos de su época. Alejandro Barreiro Noya había nacido en Santiago en 1874, y con apenas 10 años su familia se vino a vivir a A Coruña, donde cursó el bachillerato. Después hizo Magisterio en la Escuela Normal de Santiago, iniciándose en el grabado. En 1889 se incorporó a la redacción de La Voz en A Coruña, donde comenzó a destacar como tipógrafo. Pocos años después ya era redactor, destacándose como enviado especial en incendios, naufragios, llegadas a Galicia de personajes importantes, crímenes, juicios... También fue el periodista que hizo una crítica de la primera exposición de Picasso. Asociación de la Prensa En 1905 fue elegido secretario de la Asociación de la Prensa coruñesa, a cuya fundación, en 1904, había contribuido. Posteriormente ejercería la presidencia de la misma. Cuando en 1912 falleció Fernández Latorre, ocupó la dirección en funciones de La Voz, que sería efectiva posteriormente, permaneciendo en el cargo hasta 1937, con lo que se convertirá en el director que más tiempo ha permanecido en el puesto en toda la historia del rotativo coruñés. Barreiro se rodeó de destacados periodistas, como César Alvajar, Antonio Carballo Tenorio, Andrés y Fernando Martínez Morás, Antón Villar Ponte, Fernando Cortés, Jesús Merelas..., que hicieron que La Voz viviese una de sus etapas de mayor esplendor. Durante la época republicana, Barreiro demostró su adhesión al régimen y el periódico fue de los más fervientes defensores del autonomismo de Galicia. Al producirse, en julio de 1936, el alzamiento contra la República, el director de La Voz no dio la noticia de forma triunfal para los sublevados, siendo apartado temporalmente del puesto, que controlaba la autoridad militar, hasta que cesó definitivamente en agosto de 1937, sustituyéndole el falangista santanderino García Venero. Seudónimos Quedó a partir de entonces como colaborador retribuido del periódico, firmando sus trabajos con los seudónimos de Herculano y Santiago del Burgo. Además de su trabajo en La Voz, fue corresponsal de otros periódicos, como el Diario de la Marina, de La Habana; Diario Español, de Buenos Aires; El Imparcial, El Liberal y Abc, de Madrid. Entre sus obras destacan Del Arte en Galicia, La ruta de la Casa de la Troya, Semblanza moderna de un pueblo secular, De Galicia y de los gallegos, A través de Asturias y Semblanza de Fernández Flórez . Era miembro numerario de la Real Academia Gallega, de la que fue secretario perpetuo, de la de Bellas Artes Nuestra Señora del Rosario y de la de San Telmo de Málaga, así como hermano mayor de la Archicofradía de Santiago Apóstol. Falleció en A Coruña el 22 de noviembre de 1948. En 1968, el Ayuntamiento le dedicó el nombre de una calle, en el barrio de A Gaiteira.