Historias de A Coruña | Un informe policial de 1947 acusaba a numerosos coruñeses El Tribunal de Represión de la Masonería recibió datos sobre personas y compañías
25 sep 2004 . Actualizado a las 07:00 h.Sabido es que el régimen franquista veía masones hasta en la sopa. Prueba de ello es el informe que la jefatura de policía de A Coruña envió al Tribunal de Represión de la Masonería en 1947, atendiendo a su ruego de seguir los pasos, al supuesto masón Honesto Suárez Álvarez, médico gijonés de 46 años, que vivía en el número 2 de Santa Lucía. Tras una completa descripción del doctor, al que siempre llama respetuosamente don Honesto, se dice: «Llegó a la capital coruñesa en 1946 y no ejerce la profesión, dedicándose a la administración de los intereses de su esposa en la empresa de vapores de pesca Vega Suárez número 11. Es uno de los principales elementos masónicos de la provincia y está relacionado con numerosos miembros de la organización». Amistades «peligrosas» El informe detalla minuciosamente sus amistades: «Médico Pinto Pérez, de la Fábrica de Tabacos, del que se dice que es masón, aunque en términos contradictorios. Es muy amigo de Iglesias Corral, extremista muy acusado». «Vicente Fernández, capitán de Artillería del Regimiento número 48. Conocido como capitán Cavalcanti , está casado con la dueña de una frutería de la calle de San Agustín, que suministra al Hospital Militar. Su familia está considerada como desafecta al Régimen. Se le ha visto conversando animadamente con don Honesto». «Felipe Verdejo, se dice que es masón y fue expulsado por ello de Telégrafos. Ahora está empleado en Arbupes. En los primeros tiempos del Movimiento intervino muy activamente a favor de la hija del Casares Quiroga, que fue detenida en Ferrol. Todos los días se reúne en el Café Oriental con don Honesto». Empleados y comerciantes «Guzmán Rodríguez Rincón, izquierdista, empleado en Arbupes. Se reúne a diario con Verdejo y don Honesto». «Arturo Taracido, gerente de Laboratorios Orzán, masón del grado 33, toma café algunos días con don Honesto». «Tomás Sabio, es un tipo complejo. Está considerado como monárquico y costea propaganda de este carácter, empleando para circularla al fiscal de la Vivienda, Teijeiro, y al secretario de esta entidad, señor López y López». «José Lloréns, le concedieron la exclusiva de una casa comercial extranjera y se desplaza mucho a Madrid». «Ramón Zapata, estuvo detenido por actividades masónicas, empleado en A Coruña de una casa comercial de Gijón, donde hay masones. También trabaja en El Ocaso, donde lo hacen también muchos izquierdistas y masones». «Victorino Veiga, protegido de la Casa Barrié. Representante de seguros, se le considera avanzado masón». «José Villar, de la Droguería Villar de San Andrés, que es un foco de masonería. Una hija está casada con el teniente coronel retirado Villamil». «Antonio Cortés, dueño de la Casa Cortés. Muy amigo de Honesto y Max Borrell». «Luis Castro Rial, tiene un hermano director general de Previsión y catedrático en Santiago, al que se cree masón durmiente». «Jesús Lago y Lago, íntimo del general Aranda (masón), a quien visita con frecuencia. La hija del general pasa algunos veraneos en su casa». Empresas y reuniones A ello hay que unir empresas y lugares donde abundan los supuestos masones. Por ejemplo: «Imprenta Moret. Ha editado libros masónicos y a un hijo del dueño se le ha visto en la calle con don Honesto». «Fábrica de Tabacos. El personal directivo de esta empresa es, en su mayoría, masón, significándose el médico, señor Corredoira». «Armadores de Buques de Pesca. En esta sociedad figura el reseñado Verdejo; Caamaño, expulsado de Telégrafos; Freire, uno de cuyos hijos es masón, y don Honesto». Campsa y la Cros «Campsa. En el personal de las oficinas de esta compañía en el Cantón Pequeño, hay varios masones y rojos». «Sociedad Anónima Cros. Casi todo el personal de la dirección es masón, excepto un tal Muñoz, hijo de un farmacéutico de Santiago que fue asesinado por los rojos en Paracuellos del Jarama». Viceconsulado francés. «En las reuniones que se celebran los viernes asisten masones. Muy peligrosa es Madame Locus, alojada en el Hotel Moderno, que lleva un sombrero con plumas, fuma, bebe, es morfinómana y fue amante del hijo de un marqués y novia de un médico ferrolano».