Los expertos alertan sobre la pérdida de valores entre los adolescentes

Elena Silveira
Elena Silveira A CORUÑA

A CORUÑA

KOPA

La ausencia de autoridad convierte a los jóvenes en seres más aislados e individualistas Los educadores indican que el pasotismo de los chavales es fruto del entorno inmediato

02 abr 2004 . Actualizado a las 07:00 h.

La población adolescente es la que mejor y más rápido «metaboliza» los cambios sociales, a costa de dejar atrás costumbres o valores arraigados en sus padres. La Voz de Galicia organizó un nuevo encuentro con expertos para analizar los problemas que se desprenden de esta nueva situación. En la mesa de debate se sentaron Alberto González Armesto, director de centros de la Xunta; Mónica Longueira, presidenta de la asociación Dédalo de ayuda a jóvenes con problemas de conducta; la psicóloga Carmen Garrido Fariña, y Julia Abalde Herreros, estudiante de cuarto de ESO en el instituto Monelos e integrante de la asociación Iesga. Todos concluyeron que los conflictos que afectan a los adolescentes derivan de la falta de autoridad en su entorno y de la adaptación a nuevos valores sociales que nada o muy poco tienen que ver con los que los adultos conocen. Búsqueda de valores Alberto González fue el primero en intervenir y echó un cabo a los adolescentes al asegurar que en estos momentos no existe más conflictividad en los institutos que en otras épocas: «As incidencias son, máis ben, mínimas». Sin embargo, Mónica Longueira dijo que a la rebeldía propia de los adolescentes se le unen graves problemas psicológicos: «Las consultas de atención a niños están más llenas que nunca». La psicóloga Carmen Garrido profundizó en los orígenes de los conflictos y explicó que los ideales están, hoy en día, «a la baja» y que cuando buscan nuevos valores «no tienen dónde agarrarse». Añadió que lo único que les queda son los objetos de consumo: drogas, tecnología, moda..., una situación agravada «por la declinación de la función paterna. Los padres no se dan a respetar». Falta de respeto Julia Abalde dio más luz sobre el asunto: «Hay una falta general de respeto a los valores de siempre. No se busca ni se piensa nada, sólo se está. Tampoco hay ayuda entre nosotros». La estudiante, de 15 años, aseguró que hay padres involucrados en la vida de sus hijos pero «otros son más pasivos y no los controlan. Les dejan hacer lo que quieren, llegar a casa hasta arriba de pastillas y a las cuatro de la mañana». Mónica Longueira añadió que los adolescentes están más «perdidos» que nunca: carecen de autodisciplina, no tienen quién los atienda y se vuelcan en un mundo de satisfacciones ficticias. Todos los asistentes confirmaron que los jóvenes son reflejo de su sociedad y cambiarán modificando las actitudes sociales.